'Las Garras de Lorelei' es una buena película enclavada en el Fantaterror realizado en nuestro país.
Amando de Ossorio recién salido del rodaje de ‘La Noche del Terror Ciego’ (primera parte de la tetralogía de los Templarios), no esperó mucho tiempo en involucrarse en otro proyecto: ‘Las Garras de Lorelei’. Las leyendas y mitos que rodean a un risco de 120 metros de altitud de nombre Lorelei (originalmente Loreley o Lore-Ley), situado en Alemania en el Valle Superior del Medio Rin cerca de Sankt Goarshausen, en una zona de difícil y peligrosa navegación, fascinaron completamente a Ossorio. Dos de esas leyendas en especial sirvieron para esbozar el guión: la primera es que la leyenda dice que debajo de la elevación se esconde el Tesoro de los Nibelungos, la segunda, sin duda, viene motivada por la gran cantidad de accidentes de navegación que se producían en la zona, estos percances pronto darían paso al rumor de un maleficio en la zona que con el paso del tiempo se convertiría en una leyenda, leyenda que aseguraba que una Sirena (se dice que fue una doncella que se suicidó por la traición de su amado y se convirtió en ese ser mitológico) frecuentaba esas aguas y que con su belleza y sus hipnóticas canciones seducía a los marineros, logrando que perdieran el control de sus barcos estrellándose contra los riscos de la costa, de esta manera Loreley (tradúzcase como ‘La roca de los susurros’ o ‘La roca que murmura’) a lo largo de los siglos ha acumulado una nefasta reputación.Un pequeño pueblo a orillas del Rin se ve asolado por los ataques de una horrenda criatura que arranca los corazones a sus víctimas. Elke Ackerman (Silvia Tortosa) es la directora de una escuela femenina que preocupada por los asesinatos contrata a Sigurd (Tony Kendall), un cazador, para intentar eliminar a la criatura. Sigurd piensa que se trata de algún animal normal y se presta a darle caza, pero la presencia de una bella pero extraña mujer (Helga Liné) le inducen a pensar que una antigua leyenda sobre una sirena asesina ha cobrado vida. No es ‘Las Garras de Lorelei’ una película redonda, vinculada directamente con el Fantaterror realizado en nuestro país (principalmente entre 1960 y mediados de los ‘70), tiene todas las virtudes y defectos del cine que tantos y buenos ratos nos ha regalado a todos los aficionados, pero que también ha lastrado muchos de los resultados finales; la tónica general del film no se aleja de las constantes cinematográficas recurrentes en esa época: una combinación de estilos conjugados a partir de una idea inicial; de esta manera Ossorio nos ofrece en primera instancia una película con monstruo (ataques salvajes y sangrientos) que, poco a poco, va incorporando nuevos matices como pueden ser el toque romántico, una atmósfera gótica deudora de la factoría Hammer, un científico loco, retazos de folklore mitológico y una especial delicadeza (cercana a la empatía) en la manera de ver (y tratar) al monstruo y sus terribles actos, que convierte algunas de las partes del film en un drama trágico entre el cazador / monstruo y en la relación que mantienen.