Para llevar a cabo el estudio, investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de California, en San Diego, analizaron la dieta y la conducta de 945 hombres y mujeres. También consideraron otros posibles factores contribuyentes, como los antecedentes de agresión, el uso de alcohol y el uso de tabaco de los participantes.
El estudio halló que las personas que consumían más grasas trans eran más propensas a mostrar conductas negativas como impaciencia, irritabilidad y agresividad.
La líder del estudio, Beatrice Golomb, profesora asociada del departamento de medicina de la UC en San Diego, explicó en un comunicado de prensa de la universidad que unos niveles más altos de ácidos grasos trans en la dieta “se asociaron significativamente con una mayor agresividad, y predecían de forma más constante la agresividad y la irritabilidad, en todas las medidas evaluadas, que otros predictores de agresividad que examinamos”.
Sin embargo, aunque el estudio descubrió una asociación entre los ácidos grasos trans en la dieta y la conducta negativa, no probó una relación causal.
“Si la asociación entre las grasas trans y la conducta agresiva resulta ser causal, esto añade más a las razones de las recomendaciones de evitar comer grasas trans, o incluirlas en los alimentos provistos en instituciones como escuelas y prisiones, dado que los efectos nocivos de las grasas trans podrían ir más allá de la persona que las consume y afectar a los demás”, concluyó Golomb en el comunicado de prensa.
“Los ácidos grasos trans de la dieta son principalmente producto de la hidrogenación, un proceso químico que convierte en sólidos a las grasas [insaturadas] a temperatura ambiente”, según la información de respaldo del estudio. Investigaciones anteriores han relacionado los ácidos grasos trans dietarios con efectos adversos de salud sobre los lípidos (como el colesterol), la función metabólica (la forma en que el cuerpo convierte la comida en energía), la resistencia a la insulina, la inflamación y la salud cardiaca y general, anotaron los autores del informe.
Fuente: HealthDay