Actualmente los pacientes
utilizan la internet para asesorarse en materia de salud y posteriormente
acuden a un profesional en el área para una confirmación del diagnóstico y ejecución
de un tratamiento. Esto ha motivado en los pacientes un sentido más estricto de
aceptación, de lo que su médico u otro profesional de la salud le indican. Es
el caso del profesional que le indica a su paciente que no consuma café,
refrescos o licor y él o ella lo consume.
Es conocido que la comida rápida afecta la salud pero cuando una persona ve a
un profesional de la salud comiendo este tipo de alimentos duda de esta aseveración.
Igual sucede cuando un nutricionista
esta obeso e indica una dieta para bajar de peso a un paciente, lo primero que
este se pregunta es porque esa misma dieta no la aplica con el mismo. El profesional
que fuma y le prohíbe a su paciente que fume. Los profesionales que saben que
los tintes inducen cáncer de vejiga, pero aun así se tiñen el cabello y sin
embargo se lo prohíben a las pacientes. Los trabajadores del área de salud son
los primeros en no aceptar las indicaciones más acordes para mejorar su patología.
Una de las cosas que los pacientes mas les agrada es ver a un médico, una
enfermera u otro profesional de salud caminando y realizando ejercicios, esto
los motiva. Es indispensable que los profesionales de la salud se realicen una autoevaluación
y que posteriormente capaciten en su actuación
para poder tener la moral necesaria para que al prescribir una medicina o dar una
indicación esta pueda ser aceptada por su paciente,
mejorando la relación, para lograr así un tratamiento realmente efectivo desde
el punto de vista biopsicosocial de la patología que este presenta.