Alzado del plano de la Institución Libre de Enseñanza
En geometría un poliedro es un cuerpo geométrico formado por caras planas que encierran un volumen finito. Así tenemos al tetraedro con cuatro caras, al dodecaedro con doce o al icosaedro con veinte, y la cosa se puede complicar todo lo que se quiera, así podemos tener al hexecontaedro deltoidal – no es broma - con 60 caras o al hexaquisicosaedro con 120 y podemos complicarlo más todavía, podemos hablar de poliedros irregulares, convexos, cóncavos, arquimedianos, prismas y antiprismas, sólidos platónicos y muchas variantes más.
Cuando empecé a estudiar sociología y empecé a vislumbrar lo complejas que eran las sociedades humanas me acordé de las figuras que había estudiado pero apenas comprendido cuando cursaba, en primer curso de la Facultad de Informática, la asignatura de Dibujo Técnico que dedicaba un parcial exclusivamente a la geometría, es decir, que lo de menos era precisamente el dibujo. Y al rememorar la geometría de mi juventud me salía la frase “la sociedad es poliédrica” y la frase adquiría para mi pleno sentido gracias a las enseñanzas de “Urko” (1), mote por el que era conocido nuestro profesor de dibujo.
La sociedad es como un poliedro irregular de múltiples caras, aristas, ángulos diferentes y dimensiones, por esa razón se facilita su estudio si se realiza desde múltiples puntos de vista, de la misma manera que muchos poliedros, para intuir cuál es su forma real, hay que estudiarlos desde arriba (planta superior), desde abajo (planta inferior), desde la derecha (perfil derecho), desde la izquierda (perfil izquierdo), desde delante (alzado anterior) y desde detrás (alzado posterior), las conocidas como proyecciones diédricas.
La estructura social, entendida como los múltiples sistemas de relaciones entre los individuos de una sociedad, puede ser contemplada desde múltiples ángulos – desde sus distintas proyecciones según el símil geométrico que estamos utilizando -, alguno de los cuales hemos visto en artículos de Sociología Divertida. Por ejemplo desde su organización en clases u otras formas de estratificación social (2), o bien, desde su composición en grupos y redes sociales (3), o a través de sus procesos o formas de interacción, o desde el estudio de los roles sociales (4), o bien, desde el análisis de las instituciones sociales que es a lo que vamos a dedicar el artículo de hoy.
Lo primero que a cualquier persona le viene a la cabeza cuando oye el término “Institución Social” es el concepto de organismo que desempeña una función de interés público, especialmente de tipo benéfico o docente, como la desaparecida Institución Libre de Enseñanza o la Cruz Roja, o bien, las organizaciones fundamentales que forman parte de un Estado o nación como el parlamento o el Tribunal de Cuentas. Ambas definiciones vienen como acepciones 3 y 4 del diccionario de la Real Academia.
Pero en sociología una institución social no es exactamente eso, incluso para ser sinceros, el concepto de institución ha sido empleado por los sociólogos de forma y con significados distintos. Hay más consenso en decidir qué entidades o hechos sociales son una institución que en la propia definición de institución. Por ejemplo, todos están de acuerdo en que el matrimonio es una institución, o, que también lo es el buen hábito de algunas sociedades de decidir quién va a gobernar según el resultado de las urnas; ahora bien, definir lo que es una institución presenta distintos matices según la escuela sociológica de que se trate, admitiendo todas ellas que una institución es antes que nada una práctica social, es decir, un conjunto de expectativas que dan lugar a comportamientos previsibles por parte de los individuos, que las siguen de modo casi irreflexivo y que no necesitan de justificaciones para llevarlas a cabo.
En conclusión, existe consenso en que una institución social es antes que nada una práctica que ha conseguido un grado amplio de aceptación social. En el sentido de que las acciones que se ajustan a esta pauta social no parecen visibles o destacables, siendo por el contrario muy visibles aquellas otras que parecen alejarse de esas pautas o transgredirlas. Cuando una determinada práctica social adquiere esa aceptación generalizada se dice que tal práctica se ha institucionalizado.
A poco que pensemos podemos encontrar en nuestro alrededor instituciones sociales y procesos de institucionalización. Yo no me resisto a contaros una práctica social que sufrí cuando era estudiante. Los estudiantes de la Universidad Politécnica de Madrid puede que fuéramos bastante crueles poniendo motes a los profesores, creo que es una costumbre, probablemente una institución, que todavía está vigente entre los estudiantes de hoy en día, tengo que preguntárselo a mi hijo, pero los que eran terriblemente crueles eran los profesores con los estudiantes en los exámenes. El suspenso en la Politécnica era una institución. Se había institucionalizado desde el momento en que se había aceptado tácitamente por profesores, alumnos y familias, se concebía como algo normal, como un gaje de estudiar ingeniería, cuando en realidad una universidad no debería estar pensada para suspender sino para formar profesionales. Incluso, la idea del suspenso como pilar del prestigio de la Politécnica, estaba aceptada por la sociedad en la que la universidad estaba integrada, sobre todo en el empresariado. Los titulados de la Politécnica eran los mejores porque superaban unos exámenes terribles en los que se suspendía mucha gente. “¿Ese arquitecto es capaz de construir una casa?, ¿ese ingeniero es capaz de construir un puente?, ah no sé, pero ha aprobado unos exámenes muy difíciles” (5).
Volviendo al tema principal del artículo, hemos visto hasta ahora la parte comúnmente aceptada por todas las corrientes sociológicas, pero entonces, ¿en qué se diferencian las distintas escuelas respecto del concepto de institución social?.
Para el funcionalismo, aparte de ser maneras de actuar y creencias con alto grado de aceptación social, las instituciones cumplen funciones que son necesarias para la propia existencia de la sociedad como tal. Talcott Parsons hablaba de un conjunto de prerrequisitos funcionales universales que resultan imprescindibles para que todo el sistema social tenga un orden persistente, dicho de un modo que todo el mundo pueda entender, son aquellas prácticas que una sociedad debe cumplir para que la sociedad pueda seguir funcionando con normalidad.
Para Parsons y sus seguidores los elementos fundamentales de la sociedad – lo que podríamos llamar “sociedad mínima” o la parte imprescindible de una colectividad para poder llamarla sociedad – se compone de cuatro sistemas que funcionan cooperativamente.
En primer lugar existe un sistema de reproducción y socialización (6) básica de los individuos, lo que Parsons denominaba “Sistema Fiduciario”. En segundo término toda sociedad debe contar con unas estructuras económicas que proveen de bienes y servicios, que promueven la manufactura y el comercio y dan trabajo a las personas. En tercer lugar debe existir un sistema que proporcione y mantenga el orden, un sistema de poder, de articulación territorial y de uso legítimo de la fuerza. Y, por último, un sistema de creencias, de valores, en el que habría que incluir a la religión, lo que Parsons llamaba “Comunidad Societal”.
Para realizar cada una de estas funciones básicas de la sociedad es dónde Parsons coloca a las instituciones. Las sociedades se han dotado de un conjunto de instituciones sociales específicas para cumplirlas que estarían encuadradas en los sistemas que hemos descrito. Mediante estas instituciones se regulan los comportamientos de los individuos y los orientan al cumplimiento de fines determinados.
El ejemplo típico es la familia, que está formada por otra institución, el matrimonio y por su descendencia. Además existe un amplio consenso en que se tratan de instituciones universales, en todas las sociedades existe alguna forma de familia o de matrimonio o pareja, aunque se presenten importantes diferencias en la forma de concebirlas, en el tiempo – en la misma sociedad en épocas diferentes, piénsese en cómo era la familia del franquismo y como es la familia actual – y el espacio – entre sociedades diferentes, por poner un ejemplo las diferencias que existen entre la familia árabe y la occidental son bastante pronunciadas-.
La necesidad básica de reproducción y socialización se cumple a través de la familia, cuyas formas y patrones de actuación están regulados socialmente. En las sociedades evolucionadas existen además otras instituciones como el sistema educativo que permiten una más plena integración social de los individuos, que transmiten componentes culturales más complejos y preparan a los individuos para su correcta inserción en las instituciones económicas como puede ser el mercado de trabajo.
Dentro del sistema de poder, tenemos a las instituciones políticas como por ejemplo la que hemos citado al principio de elegir al gobierno en elecciones. Las instituciones políticas regulan y ordenan el ejercicio del poder, configurando de qué manera se constituye la autoridad, las normas de organización y convivencia y las sanciones a quienes no las cumplen.
Finalmente las sociedades articulan sus sistemas de creencias mediante instituciones ideológicas como pueden ser el partidismo político o los grupos de presión o las iglesias – la Iglesia Católica en España - que hasta el momento han tenido un papel protagonista.
Las instituciones sociales no son compartimentos estancos, no son verticales sino transversales, operan en sistemas parsonianos diferentes, tienen múltiples relaciones y dependencias y cuanto más evolucionada es una sociedad más complejo es este entramado de relaciones. Además existe una cierta jerarquía de instituciones, a partir de las instituciones básicas surgen otras instituciones y formas de articulación social que completan el mapa de la estructura social. De manera que la estructura presentada por Parsons es un esquema básico, un modelo general.
Así que ya tenemos la primera variante, para el funcionalismo las instituciones son prácticas sociales que tienen una función necesaria para el mantenimiento de la estructura de la sociedad.
Marx y sus seguidores veían en el sistema económico el factor determinante de todas las instituciones sociales y, ya que este sistema está en continua evolución, las instituciones sociales también están evolucionando continuamente. El desarrollo de esta evolución ocurre sin importar las acciones e intereses particulares de los individuos, de hecho, a menudo ocurre a pesar de la voluntad de las personas.
Otra componente del institucionalismo marxista es que cada clase tiene sus propias instituciones de la misma manera que tiene su propia ideología. Dicho con un ejemplo, el matrimonio obrero se diferencia del matrimonio burgués en sus patrones de comportamiento y normativa, y la familia obrera tiene otros intereses y configuraciones diferentes de los de la familia burguesa. Para Marx la clase obrera no puede tener las instituciones de la burguesía por imperativos históricos, de la misma manera que la burguesía no heredó las instituciones del feudalismo.
Marx estaba poco preocupado por las instituciones obreras a excepción hecha de los sindicatos, que si merecieron su atención, para él dichas instituciones surgirían de manera espontánea cuando la clase obrera tomara el relevo de la burguesía, serían creaciones espontáneas del proletariado.
Así que ya tenemos una segunda variante, la marxista, que caracteriza a las instituciones sociales como más dependientes del sistema económico que de otro sistema social, más parecidas al concepto de organización, dependientes también de la ideología de la clase social a la que pertenecen y en continua evolución adaptándose a los cambios económicos.
La tercera variante del concepto de institución social que vamos a ver es la más reciente, recurre a planteamientos de la psicología, tiene una orientación cognitiva. Como ya sabéis durante el siglo XX surgieron escuelas sociológicas que se apoyaban en la psicología del individuo para dar respuesta a los problemas sociales, centraban el objeto de estudio en la persona para contemplar a la sociedad como un agregado de individuos, como un mosaico enorme resultado de las interacciones de todas las concepciones individuales.
Para el neoinstitucionalismo sociológico (7) una institución es algo más que una práctica social o que una regla de funcionamiento social, es sobre todo un modo de ver las cosas, lo que denominan la dimensión cognitiva del concepto, y una forma de valorarlas, lo que denominan la dimensión valorativa y cultural. Estas dimensiones están dentro de las rutinas, en la forma de comportarse y en las prácticas sociales. Esta escuela abunda sobre todo en la idea de la institución social como una conducta que se da por supuesta más que en una práctica que tiene una función social concreta o una característica de la clase social a la que se pertenece.
El surgimiento espontáneo de las instituciones en las sociedades se explica desde el neoinstitucionalismo por los modelos mentales compartidos e ideologías que determinan las percepciones de los actores en situaciones de interaccion con otros actores, estas interacciones están marcadas por la cultura y las creencias. La institucionalización sería el resultado de una negociación colectiva de las percepciones e ideología de los individuos sometidos a interacciones continuas entre ellos.
Son muchos los sociólogos que han hablado de las instituciones sociales, empezando por los clásicos, sobre todo Spencer – que fue el primero en abordar una teoría institucionalista - y Durkheim (8), pero me he inclinado por dar tres visiones que me parecían especialmente interesantes y curiosas. La funcional, que tiene una visión utilitaria de las instituciones; la marxista que tiene una visión clasista y la neoinstitucionalista que tiene una visión psicológica.
Por último, pondríamos hacer un ejercicio de unificación de las tres teorías, al fin y a la postre son aportaciones sobre un mismo fenómeno, visiones que con un poco de esfuerzo y pegamento podríamos hacerlas complementarias, a ver qué tal sale: Las sociedades son muy complejas, no se dejan estudiar con facilidad por lo que hay que recurrir a distintas visiones, a distintos métodos. Uno de ellos consiste en contemplar el entramado de relaciones sociales como un conjunto de instituciones sociales, que son prácticas sociales con un alto grado de aceptación, convenios que algunas veces surgen de manera espontánea y a veces de modo dirigido pero sólo hasta cierto punto pues la aceptación social no puede dirigirse completamente, que algunas tienen una función concreta necesaria para el mantenimiento de la sociedad y otras tienen funciones secundarias más discretas, que están moldeadas por la cultura, la clase, las visiones y percepciones de los individuos. Bueno no parece tan malo el resultado quizás la sociología debiera ser más acumulativa de lo que es.
Juan Carlos Barajas MartínezSociólogo
Notas:(1) Urko era el general gorila de “El Planeta de los Simios”, no recuerdo por qué llamábamos así al profesor de dibujo técnico como no fuera porque no era muy agraciado físicamente.(2) Traté este asunto de la estratificación social y las clases en dos artículos: “¡Oiga usted qué todavía hay clases!”, y, “Yo soy de clase media, ¿y usted?”(3) El tema de los grupos y redes sociales lo abordé, con un componente tecnológico, en “Andamos muy enredados”. (4) Estudiamos el concepto de rol social en “Los Roles Sociales”(5) Tengo un artículo sobre la institucionalización del suspenso en la Universidad Politécnica de Madrid ( El fracaso universitario en la Universidad Politécnica de Madrid). Alguna llaga he tocado con él pues he recibido alguna que otra crítica - mejor dicho burla – de los defensores del sistema, no eran críticas serias. Emparentado con esta institución del suspenso, en España tenemos la institución de la Oposición, que se basa en lo mismo, en cargarse a un motón de gente en exámenes, pero el motivo es distinto. En el primer caso en una cuestión de prestigio en el segundo caso es una cuestión de cierre social. Podéis verlo en “Oposición rima en consonante con Inquisición”(6) En sociología se entiende por socialización el proceso mediante el cual los individuos aprenden e interiorizan los valores y normas de la cultura en la que les ha tocado vivir, convirtiéndose idealmente en personas socialmente competentes. La socialización es un proceso continuo que sólo termina con la muerte del individuo, ya que, a lo largo de sus vidas las personas van desempeñando nuevos roles que tienen que aprender (hijo, estudiante, trabajador, padre, abuelo y jubilado). Para más información pulsad aquí.(7) El institucionalismo es un enfoque de las ciencias sociales que plantea la comprensión de la sociedad a partir de sus instituciones, entiende que cada sistema social desempeña funciones, sociales, políticas, económicas y culturales para cuya realización se ha dotado de un conjunto de instituciones específicas mediante las cuales se regula el comportamiento del individuo, un esquema bastante parsioniano por cierto. La teoría institucionalista se presenta en diferentes perspectivas que utilizan a la institución como unidad para analizar la realidad económica, política, y en las relaciones internacionales. Para Thoening, el institucionalismo ha evolucionado hacia las perspectivas del institucionalismo histórico, normativo, económico y sociológico.El neoinstitucionalismo surge en los años ’90. Partiendo del institucionalismo clásico se basa en conceptos sociológicos, psicología y de la teoría de la elección racional. Ya hemos visto sus principios básicos en el artículo. Sólo mencionar sus autores principales: March y Olsen, Powell y DiMaggio, Steinmo, Thelen y Longstreth.(8) Muchos sociólogos han hablado de las instituciones y es un término muy al uso cuando se describe la estructura social, pero no tantos sociólogos han hecho monografías y elaborado teorías específicas. Para saber más del institucionalismo de Spencer ver Ritzer [2001] páginas 162-175. Durkheim denominaba a la sociología “la ciencia de las instituciones”, es útil al respecto, leer “Las Reglas del Método Sociológico”. Otros que han tratado las instituciones sociales son Bronislav Malinovski, Maurice Horiou, Arnold Gehlen, Berger y Luckmann, y Goffman ver Encyclopaedia of Sociology de Ritzer páginas 2344 y 2345.
Bibliografía:
La Explicación Sociológica
Una Introducción a la Sociología
José Felix Tezanos
2ª Edición 4ª Rempresión
UNED
Madrid 1998
Teoría Sociológica Moderna
George Ritzer
5ª Edición
ED. McGraw-Hill
Madrid 2001
Conceptos Fundamentales de Sociología
Roberto Garvía
Segunda Reimpresión
El Libro Universitario
Alianza Editorial
Madrid 2003
Perspectivas del Institucionalismo y el Neoinstitucionalismo
José Guadalupe Vargas Hernández
Instituto Tecnológico de Cd. Guzman
Jalisco, México 2008
The Blackwell Encyclopaedia of Sociology
Coordinada por George Ritzer
Blackwell Publishing Ltd