Como los de blogspot dicen (y dicen verdad ¡! en este caso) que el gadget "últimos comentarios" está estropeado y que de momento no consiguen arreglarlo; por si acaso no habéis visto éste en relación a la anterior entrada zazen, natural. Porque no tiene desperdicio y merece una entrada permanente y porque una de las intenciones iniciales del musgo era ser portal de entrada de las buenas cosas que circulan por la red... ahí van los resultados de las investigaciones de Roberto Poveda, que mantiene y alimenta Huellas del zen (buen, buen, buen, blog. Recomendado por el musgo y muchos otros blog hermanos).
"¿Era zazen, quiero decir shikantaza, el zazen de Nyojo y Dogen, lo que buscaba tu amiga? ¿O, tal vez, se había equivocado de sitio? Con frecuencia, tristemente con demasiada frecuencia, por no decir casi siempre, tiendo a pensar que los supuestos practicantes que se adhieren a la corriente iniciada por Dogen, en Japon, en el ss. XII, y rehabilitada por Kodo Sawaki, también en Japón, en el ss. XX, en realidad están ahí por error.
¿Saben que si tan solo necesitan sentirse un poquitín "espirituales" en un ambiente "japonés" pueden inscribirse en clases de ikebana, que no sólo no produce "tedio", sino que sirve para tener preciosa la casa?
¿Saben que para experiencias "intensas" y "trascendentales", con logros rápidos y garantizados, existe una substancia llamada LSD?, aunque creo que últimamente su calidad ha bajado mucho, pero buscando seguro que hay alternativas en el comercio.
El zen de Dogen, es decir el budismo según Dogen, (aviso para navegantes informados: digo Dogen y Nyojo e, intencionalmente, no añado Keizan Jokin) es un zen sin "iluminaciones", sin trasformaciones milagrosas, sin obtener nada, que se desarrolla en la cotidianeidad y en el silencio interior. O, como dice Ane: "hay un momento [...] en el que zazen se incorpora él solito a la lista no escrita de necesidades básicas y fisiológicas que ni se ponen en duda ni se eligen tales como cocinar y comer, procurarse techo y cama y dormir, respirar, comprar (pedir prestado o robar) ropa y vestir, llorar, reír"...
Quién no esté interesado en esto, mejor sería que buscase en otro lugar, así no perdería su tiempo ni nos lo haría perder.
Y quien tenga piedad haría bien en informar de estas cosas a la gente... aunque los dojos se queden semidesiertos como la cueva de Bodhidharma".