Las leches de crecimiento son caras, innecesarias y algunas llevan demasiados aditivos

Por Moiseschacon @nomasaditivos
Atendiendo la reciente petición de Rosario, esta semana me ocupo de la leche infantil de crecimiento. En la comparativa he abordado dos tipos distintos de leches de crecimiento: unas dirigidas a niños mayores de un año, pero aún muy pequeños (Nidina, Nativa, Hero, Hipp...), y otro tipo de leche de crecimiento más enfocada a niños algo más mayores (RAM, Celta, Carrefour Kids...). Las primeras se caracterizan por su ingente cantidad de minerales añadidos, mientras que las segundas básicamente solo añaden vitaminas.
Antes de nada quiero destacar que los expertos consideran que la leche de crecimiento no es necesaria ya que no aporta nada que la dieta en su conjunto no facilite, aparte de que contienen más azúcares y menos calcio que la leche normal. Además, los niños mayores de un año no necesitan ninguna leche de transición puesto que pueden tomar perfectamente leche de vaca. Para colmo, este tipo de productos es mucho más caro que la leche normal y corriente. El año pasado la OCU publicó un informe al respecto que podéis consultar pinchando aquí. Y en este otro enlace viene información muy interesante sobre lo que dice la Unión Europea acerca de la leche de crecimiento.
Ahora sí, esta es la tabla comparativa de los 22 productos de los que he recopilado datos:

Tabla comparativa de aditivos en leche de crecimiento


Queda claro que la mayoría de ellos no contiene aditivos desaconsejables. Luego están las marcas que sí contienen aditivos en rojo. Por ejemplo, la CowKids de COVAP añade el E-451 (trifosfatos) que, como ya he comentado muchas veces, en dosis elevadas puede provocar una disminución de la absorción de calcio, magnesio y hierro en el organismo y puede generar un desequilibrio en la proporción calcio/magnesio en el organismo.

Autor de la imagen: Sanutri

Luego están las de Puleva que incorporan el E-339, ortofosfatos de sodio que, en caso de consumo regular también puede llegar a disminuir la absorción de calcio, pero en este caso desequilibrando la relación calcio/fósforo en el organismo.
Pero lo que más me llama la atención es que algunas de estas leches de Puleva, junto a las Nestlé Junior, meten también carragenanos, E-407, cuyo consumo puede derivar en sustancias potencialmente cancerígenas, generar úlceras y el debilitamiento del sistema inmunitario, tal y como he mencionado muchas veces ya. Para colmo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su página web desaconseja la utilización de los carragenanos en los alimentos infantiles, como se puede comprobar en este enlace. Y, precisamente, este tipo de leche va dirigida especialmente a los niños. Alucinante, ¿verdad?
Por tanto, lo mejor es prescindir por completo de la leche de crecimiento (especialmente de las que contienen fosfatos o carragenanos) y optar por una leche de vaca de calidad que no tiene que ser, necesariamente, cara. Como guía puede servir este otro estudio de la OCU que deja claro cuáles son las mejores leches.