Las muestras del mes: di Rienzo y Ameztoy

Por Civale3000

Por Patricia Rizzo

Recuerdo unas acuarelas de Zoe Di Rienzo que tienen algunos años, ésas que representan yuyitos de su Córdoba natal, acuarelas ocres y con tallos recortados; sutiles y discretos. Podrían ser de una señora que pinta el paisaje de su entorno en tardes bucólicas, aunque no amateur, porque son delicados pero muy detallados en la representación.

Otra de sus series, extensa y más reconocida en el medio artístico -me refiero a las cartas- atraen entre otras cosas por ese modo un poco anacrónico de esconderse tras esos textos que eran suyos pero también de una especie de alter ego que la representa y no tanto.

Con las cartas, según el caso, reclamó modalidades y actitudes con precisión y entabló diálogos con amigas, novios y posibles amantes y también con otros personajes de la plástica de difícil clasificación pero talentosos e icónicos como Federico Manuel Peralta Ramos o Alberto Greco y algunos pares contemporáneos a ella.

Ahora exhibe Zoetrope en Miranda Bosch. Otra indagación. Esta vez oscila entre tocados ornamentales atractivos e impecables, propios de la década del cincuenta, época en la que el outfit femenino aspiraba y tenía que ser lo más perfeccionista posible. Batidos y ensortijados creativos y opulentos inmovilizados a fuerza de spray representados tanto en la cabeza de la artista como en las imágenes de sus autorretratos y también en dos actrices performers que los lucieron en la noche de apertura.

Con ellos conviven pinturas gestuales en abstracciones de paleta más bien fría y con cierto regodeo en la materia que también recuerdan la época de los peinados. Al ver el conjunto pensé soltó la cadena; se la percibe segura en su discurso y acomodada en lo que encontró. Ya no se esconde y en cambio se multiplica. Zoetrope se despliega y la despliega a ella, en una producción plena de intersticios y repliegues que la identifican.

Cruzando la calle, Manuel Ameztoy exhibe en Cecilia Caballero Arte Contemporáneo, su muestra Pattern con sus intrincados recortes. Esta vez los dispone en capas y organiza superposiciones de colores y figuras de sinuosas curvas o recortes geométricos.

Ahora se ven menos etéreos que los expuestos anteriormente. Se percibe más peso tal vez por la elección de los colores. En algún caso incluso los dispuso estridentes, en contraste con la levedad del material.

Esquemas repetitivos delimitan espacios y según la distribución de la obra, dimensiones de las telas y cantidad de capas recorta o señala la extensión de lo visible y lo que puede adivinarse, en una sofisticada práctica artesanal de la pintura.

Multiplicidad de fragmentos y cuidadas combinaciones resultan opciones de construcción y deconstrucción cada vez más complejas.

Oscilantes entre el despojo y lo exuberante, la economía del recurso y los elementos con los que produce proponen escenarios múltiples y envolventes que cambian según la disposición. Es una exhibición pequeña de su producción pero intensa en su despliegue.

Zoe di Rienzo en Miranda Bosch. Montevideo 1723. Buenos Aires.

Manuel Ameztoy en Cecilia Caballero Arte Contemporéneo. Av. Alvear 1761. Buenos Aires.