“El día que la mujer pueda amar con su fuerza y no con su debilidad, no para huir de sí misma sino para encontrarse, no para renunciar sino para afirmarse… entonces el amor será una fuente de vida y no de mortal peligro”.
Simone de Beauvoir
En el artículo anterior[1] iniciamos un análisis sobre la salud mental de las mujeres, comentamos que el miedo a la soledad es una situación que buscamos evitar por lo cual aceptamos o permanecemos en relaciones de pareja “nocivas” que van deteriorando nuestra salud mental. Pero de donde surge este miedo a estar solas, bueno de una serie de creencias sobre estar o mantenerse en pareja como el objetivo principal de nuestras vidas. ¿No me crees? revisemos algunas expresiones o creencias:
“Estoy buscando a mi media mitad”
“Él es mi media naranja”
“Con él me complemento”
“las mujeres solteras están amargadas”
“Las solteronas son mujeres que ningún hombre permaneció a su lado”
“Si no te casas vas a vivir amargada e infeliz”
“las mujeres malhumoradas son las que no tienen pareja o no tienen sexo”
“si te divorcias, es el mayor fracaso en tu vida”
Así podríamos continuar la lista de ideas, creencias o expresiones que además de ser erróneos ofenden y encasillan a las mujeres solas o solteras e incluso a la soledad misma, al transmitir un significado negativo y catastrófico para quienes la experimenten o se atrevan a elegirla.
La soledad como una vivencia humana ha sido tema de discusión desde hace tiempo, por ejemplo en una de las obras de Platón “El Banquete”[2] da lugar a una reunión donde se origina un dialogo entre Platón y otros filósofos acerca del origen del amor. En la intervención de Aristófanes para dicha explicación, recurre una recreación de un momento mítico en que las y los humanos se encontraban “completos” siendo tres los tipos de personas: totalmente masculinos, totalmente femeninos y mitad femenino, mitad masculino: el andrógino. Estos seres eran redondos, con cuatro brazos, cuatro piernas, dos caras en la cabeza y, por supuesto dos órganos sexuales. Estaban unidos por el vientre. Eran seres tan terribles por su vigor y fuerza que se sintieron suficientes para atentar contra los dioses. Puesto que Zeus no podía destruir la raza humana, dado que ésta era la que adoraba a los dioses, los castigó partiéndolos por la mitad. Tras la división de los seres en mitades, cada persona anhela y desea encontrar a su mitad para volver a sentir la plenitud. Así que cada vez que encontraban una “mitad” se abrazaban tan fuerte que olvidaban todo lo demás así que morían de inanición.
Es como si se afirmara que la felicidad sólo puede obtenerse al estar en pareja y lo que el mito nos ofrece también es la interpretación de lo que pasaría sí sólo me concentro en tener pareja, entonces todas mis otras necesidades no las veo y mucho menos las gratifico. Por lo que me atrevo a afirmar que la plenitud de una persona no necesariamente es en pareja y menos sí la otra persona se vuelve lo único en tu vida porque tal vez no mueras de inanición como los seres redondos pero tal vez tu vida este llena de malestares sino aprendes a disfrutar la soledad y la individualidad tanto como lo puede ser estar en pareja.
¿Te gusto el artículo?, espero que sí. Y tú ¿conoces otras causas por las que no se disfrute la soledad? Te invito a compartirlas. En los siguientes artículos seguiremos abordando temas de salud mental psicoterapia y ahora también de género, no te los pierdas.
Sí deseas hacer algún comentario, te invito a utilizar el recuadro que aparece al final, sí te interesa contactarme puedes escribir a mi correo psic.ivettesantiago@gmail.com o bien sí te gusto el artículo compártelo. Gracias por visitar nuestro blog “Ayuda Psicólogos” https://ayudapsicologos.wordpress.com
[1] Depresión en las mujeres… una problemática de salud mental condicionada por factores socioculturales. https://ayudapsicologos.wordpress.com/2015/07/31/depresion-en-las-mujeres-una-problematica-de-salud-mental-condicionada-por-factores-socioculturales/
[2] Platón (2003). Diálogos. Obra completa en 9 volúmenes. Volumen III: Fedón. Banquete. Fedro. Editorial Gredos. Madrid.
— (1989). El banquete. Introducción de Carlos García Gual; traducción y notas de Fernando García Romero. Alianza Editorial. Madrid.
19.361592 -99.140773