Las mujeres tenemos una composición corporal diferente a la de los hombres. Hasta ahí estamos de acuerdo. El reparto de la grasa también es diferente entre hombres y mujeres. La mujer tiene unos porcentajes de grasa de entre el 20 y el 25 %, mientras que en el hombre se sitúa entre un 12 y un 16%. La mujer tiene una mayor distribución de grasa en glúteos, pecho, cadera y muslos.
Para evitar la acumulación excesiva de grasa en estas zonas del cuerpo (y así evitar la celulitis) es conveniente realizar trabajos regulares de ejercicio aeróbico (o cardiovascular), ya sea correr, ir en bicicleta, andar a paso rápido, bodycombat, saltar a la comba, etcétera.. unas dos o tres veces a la semana y combinarlo con alguna sesión de ejercicio anaeróbico (o de tonificación) por lo menos una vez a la semana (trabajo con pesas o kettlebells, bailar con un hulahoop, una sesión de bodypump, etcétera).
Hay algunos ejercicios como la natación que si se practican a un ritmo rápido cumplen ambas funciones: cardiovascular y tonificación.
Pero el ejercicio físico en las mujeres no sirve solamente para quemar grasa y reducir la celulitis. A partir de los 50 años, con la llegada de la menopausia se producen algunos cambios corporales y hormonales, como la disminución del nivel de estrógenos que favorece la perdida de masa ósea, fomentando la aparición de la osteoporosis.
Un estilo de vida sedentario, además de contribuir a acumular grasa, también favorece esta perdida de masa ósea, por lo que una mujer que no ha practicado deporte regularmente a lo largo de su vida, tiene más probabilidades de sufrir osteoporosis que otra que haya realizado ejercicio habitualmente.
En las personas jóvenes, el ejercicio contribuye al desarrollo de huesos fuertes.
En las personas adultas, ayuda a preservar sus huesos.
En la tercera edad o con la menopausia, el ejercicio ayuda a prevenir la pérdida ósea (o osteoporosis).
Besos desde mi blog!!!