El estudio publicado en la revista eNeuro descubrió cómo las neuronas viscerofugales proporcionan una vía para que nuestro intestino pueda sentir lo que está sucediendo dentro de la pared intestinal y luego transmitir esta información sensorial de forma más dinámica de lo que se suponía anteriormente a otros órganos, como la médula espinal y el cerebro, lo que puede influir en nuestras decisiones, estado de ánimo y bienestar general.
Los resultados revelan que el sistema nervioso entérico podría desempeñar un papel cada vez más importante en la salud humana y podría arrojar luz sobre posibles nuevos tratamientos para afecciones como la enfermedad de Parkinson.
Lo que es particularmente emocionante sobre el intestino, es que es diferente a todos los demás órganos internos porque el intestino tiene su propio sistema nervioso, que puede funcionar independientemente del cerebro o la médula espinal. Comprender cómo funciona el intestino comunica y controla otros órganos en el cuerpo puede conducir a avances importantes para el tratamiento de la enfermedad y este es un paso importante en la dirección correcta.