Los días después de Navidad son un poco difíciles. Vuelta a la rutina, la casa vuelve a su ser, pánico a subirse a la báscula, rebajas y devoluciones, las luces de la ciudad se apagan... en fin, la famosa cuesta de enero. Por tanto, con el objetivo de evadir el tedio que amenaza tras mi puerta, he decidido centrarme en las pequeñas cosas de la vida, y estas son algunas cosillas que este arranque de año me han hecho feliz.
La ilusión de los más pequeños desenvolviendo los regalos sin apenas prestar atención al juguete y solo al tamaño y color del paquete.
Hasta mañana!!