Y ahí comenzó su odisea.
Según Patricia, su abuelo recorrió una docena de centros comerciales, varias tiendas de operadoras y franquicias hasta encontrar lo que quería en una de ellas, al cuarto día, y después de recorrer todos los establecimientos descritos. En todos ellos encontró las mismas respuestas: "Esos móviles son difíciles de encontrar", "es mejor que se adapte a los nuevos, que son más sencillos de manejar, con un solo dedo" o "esos modelos no tiene futuro".
¿Qué es lo que buscaba el abuelo de Patricia? Un terminal sin pantalla táctil, con el teclado alfanumérico, de pequeño tamaño y manejable, sin estridencias ni última tecnología. Un terminal para llamar y recibir llamadas así como mensajes de texto. "Al final consiguió lo que buscaba después de mucho andar. Y está muy contento con él, pero teme que, si este se le rompe también, no encuentre ninguno más y tenga que comprar uno que no entienda ni sepa cómo hacerlo funcionar".
Los nuevos tiempos. ¿Conocéis a alguien a quien le haya pasado lo mismo?