Las piedras son piedras

Por Camilayelarte @camilayelarte

Veinte estelas de granito rosa colocadas sobre un promontorio, enmarcadas por las montañas, el cielo y la tierra. Se trata del proyecto que Ulrich Rückriem (Düsseldorf, 1938) realizó en 1995 para el CDAN en Huesca, a propósito de la iniciativa de la Fundación Beulas de convertirse en centro de referencia de las investigaciones sobre arte, cultura y naturaleza.

Vista de la obra Siglo XX de Ulrich Rückriem en Abiego, Foto: Camilayelarte

Escribo este post como ejercicio para ver si consigo explicar la obra del artista alemán. Su obra me fascina pero a la vez me es sumamente difícil de explicar. Nada de lo que aquí pueda decir subsituye la experiencia estética y sensorial que supone ver la obra Siglo XX que se encuentra en Abiego, en medio de un paisaje incomparable. En Barcelona también tenemos una instalación suya en Pla de Palau pero su alcance es para mi gusto mucho menor.


Escultura de Rückriem en Barcelona, Pla de Palau. Foto: Camilayelarte

¿Cómo se explican las piedras? El propio Rükcriem rehúye de querer dar lecturas acerca de lo que hace y del porqué, las piedras son piedras dice él. Si echamos mano del manual en Historia del Arte podemos decir que su obra se enmarca en la tradición minimalista. Comparte con las 'Primary Structures' americanas la voluntad de construir la obra a través de la modularidad pero hay algo más en ella que la aleja del minimalismo americano: sus piezas, aunque lo parezca, no son en realidad fruto de la serialidad puesto que el accidente, lo real, la naturaleza intervienen en ellas a través de múltiples variaciones, grietas y cortes, fruto del trabajo manual que comporta su extracción.

Ulrich Rückriem, Siglo XX, Abiego, Foto: Camilayelarte

El modo de trabajar de Rückriem se basa en el corte y la recomposición. Los bloques de granito se parten para después volverse a montar, haciendo que la herida de la piedra, el proceso mediante el cual ha sido extraída de la cantera forme parte integrante del discurso de la misma. La escultura es entendida primero como materia pero también como  forma, masa, proceso y espacio en donde irá colocada. 

Ulrich Rückriem, Siglo XX, Abiego, Foto: Camilayelarte

Parte de lo extraordinario que tienen sus esculturas es el hecho de que a pesar de su tamaño y envergadura, no perturban el paisaje donde están colocadas sino todo lo contrario, extraen de él y potencian un sinfín de posibilidades perceptivas. Ello es el resultado de un estudio exhaustivo del espacio y de las relaciones que éste debe establecer con la escultura.

Ulrich Rückriem, Siglo XX, Abiego, Foto: Camilayelarte

En el caso concreto de los veinte monolitos que conforman la obra Siglo XX, cada ángulo de visión permite un fondo y una perspectiva distinta sobre el conjunto y su relación con el emplazamiento. El espacio donde estan colocadas las estelas fue dividido en veinte cuadrículas de ancho por veinte de largo, situando cada estela en relación la una con la otra. Valiéndose de la geometría Rückriem crea un espacio estético donde a medida que nos alejamos las estelas se van uniendo formando un único muro a modo de pedestal que sirve de soporte a las montañas y el cielo. 

Ulrich Rückriem, Siglo XX, Abiego, Foto: Camilayelarte

Ulrich Rückriem, Siglo XX, Abiego, Foto: Camilayelarte

La obra de Ulrich Rückriem puede parecer difícil por su austeridad, pero permite al espectador relacionarse y medirse con la escultura de un modo que muy pocas obras de arte contemporáneo consiguen alcanzar. Creo por tanto, que más que escribir y elucubrar sobre el sentido de su propuesta, lo que hay que hacer es sentir  y dejarse llevar por el reclamo ancestral de sus piedras. Citando a Wittgenstein, de lo que no se puede hablar se ha de callar.