Por Dirección de Comunicación de la Universidad de las Artes.
Tesón, entrega, profesionalismo y amores, infinitos amores, de esos que fundan escuelas, marcan generaciones y movimientos, reverenció la Universidad de las Artes este viernes con la entrega de la categoría Profesor de Mérito a los maestros Graciela Chao Carbonero, Clara Luz Rodríguez Romero y Miguel Cabrera García.
Aparecen en la foto, de izquierda a derecha: Graciela Chao Carbonero, Rolando Gonzáles Patricio (Rector de la Univ. de las Artes), Clara Luz Rodríguez Romero y Miguel Cabrera García.
Según el Dr. Noel Bonilla-Chongo, a cargo de las palabras de elogio, “parecería una paradoja intentar ponderar las trayectorias e itinerarios ciertos de Clara, Graciela y Miguel; maestros singulares en la fundación de una pedagogía y enseñanza de la danza en Cuba. Pero al mismo tiempo, me complace muchísimo escribir este elogio (…): hay en sus magisterios el trazo verídico que va dejando el resultado orgánico de años de pesquisas, especulaciones y enseñanzas”.
“Saludar la labor –muchas veces anónima u olvidante– del maestro, es también asumir la danza en su total dimensión pensante, sosteniéndola como ejercicio pleno de responsabilidades, exigencias e incomprensiones. Es retornar al rigor pleno y necesario de las didácticas dancísticas y sus modos de circulación, hecho que va más allá del baile y las corporalidades”, compartió el docente de la Facultad de Arte Danzario.
Bonilla puntualizó que “a la pedagogía de la danza en Cuba, luego de haber atravesado junto a ustedes el umbral de las puertas del siglo XXI, al apostar por seguir siendo memoria de un cuerpo aprehendido entre la tradición y la invención, no le queda otra opción que votar por dilatar las posibilidades de la mente y el cuerpo”.
“El hecho de decir es un hecho de sentir”, expresó el Dr. Miguel Cabrera, quien agradeció los elogios a nombre de los homenajeados. “El azar concurrente, esbozado por Lezama Lima, convoca en este salón a tres personas que tienen un denominador común, el haber dedicado su vida a un arte hermoso: el arte de la danza”, añadió el Historiador del Ballet Nacional de Cuba.
“La danza es una sola: la buena, la que la historia va a mantener”, manifestó Cabrera para añadir: “hemos vivido etapas complejas, de divorcios e incomprensiones… pero hay que recordar que el arte de la danza escénica, el ballet y la danza contemporánea no son términos excluyentes, sino evoluciones de un mismo tema”. Sobre los comienzos de la Facultad de Arte Danzario el profesor recordó cómo 11 años después de constituida la Universidad de las Artes (1976) esta manifestación artística no tenía espacio propio, de modo que “nos reunimos un conjunto de personas, entre ellas Graciela, Clara y yo, para fundarlo”.
El autor de libros como El ballet en Cuba. Apuntes históricos resaltó el sentido de la unidad de ambas docentes e investigadoras, su sabiduría, modestia y elegancia. Del mismo modo, Cabrera subrayó la firmeza de ambas en la defensa de principios fundamentales para el perfeccionamiento de la danza en nuestro país y de los jóvenes que la defienden.