Las puertas que se abren para los enfermos ambientales

Por Miguel @MiguelJaraBlog

Hace casi dos años el director del programa Carne cruda de Radio3 (RNE), Javier Gallego, consiguió arrancar el compromiso del entonces secretario general de Sanidad y hombre fuerte del Ministerio de Sanidad en la era ZP, José Martínez Olmos, para crear un equipo que estudiase el Síndrome de Sensibilidad Química Múltiple (SSQM) y la atención a quienes la padecen. El compromiso se ha cumplido en parte con la publicación del denominado “Documento de consenso” sobre SQM dado a conocer el último día del pasado mes de noviembre.

Hoy en dicho espacio radiofónico Gallego ha reunido de nuevo a enfermos de SQM, médicos, abogados o periodistas para analizar qué supone este Documento. Las sensación mayoritaria es que este trabajo es positivo y salvo José Luis Aparicio, Josetxo, el afectado que se puso en contacto hace dos años con el programa para que se hablara en él sobre la SQM, cuya opinión es muy crítica -no sin motivos- (lo califica de “fallido” y “una decepción una humillación y un castigo”) con el texto del Ministerio por no reconocer expresamente la SQM y no ofrecer compromisos claros, los demás contertulios creen que el Ministerio, pese a la ambigüedad e incluso contradicciones de su texto, abre puertas.

En el espacio estuvo David Palma, marido de Eva Caballé, la enferma de SQM y activista que desde su blog No Fun ha sido referente desde el primer programa para sus conductores. Palma ha utilizado la palabra “esperanza“, tras matizar que no es un documento perfecto, que no gusta a todos, para referirse al texto por el futuro que puede ofrecer. El locutor estuvo rápido en un momento del programa al recordar que dos años para hacer un documento de estas características, aunque no es mucho tiempo desde el punto de vista técnico, sí lo es para los enfermos, buena parte de los cuales se encuentran en situaciones límite. Así lo apuntó el abogado Jaume Cortés del Colectivo Ronda, que ha llevado las gestiones legales del proceso.

Lo cierto comenté yo es que el documento cita que su objetivo es “un mayor conocimiento” de la SQM lo que no es un reconocimiento expreso de la enfermedad pero considero, como los demás intervinientes, que es algo positivo porque antes no había nada. También comento que se ha buscado una evidencia científica que no favorece a los enfermos y que el texto contiene contradicciones graves como explicar primero que el origen psicológico del síndrome es cada vez menos contemplado en la literatura para a posteriori contemplar la “Hipótesis psicológica y/o psiquiátrica”.

Para mí existe una contradicción evidente y grave en lo que respecta a los tratamientos y así lo he explicado:

“El documento dedica varios párrafos en su primera parte a repetir que NO hay tratamiento para en la parte final reconocer incluso la validez de ciertas vitaminas, del cambio de dieta, de la evitación de los tóxicos o del suministro a los pacientes de suplementos nutricionales“.

Por parte del Ministerio de Sanidad ha estado en el programa vía telefónica Carmen Moya, directora de la Agencia de Calidad que me consta que ha costado un mes en que diera voz a la Administración (con pocas ganas de nada tras la derrota del PSOE en las elecciones y ya de mudanza en el Ministerio). Moya ha explicado que han encontrado “poca evidencia científica” sobre la SQM aunque también reconoció que no recoge toda la evidencia. Dejó claro que la SQM no tiene un origen psicológico y que el documento está enviándose a los hospitales para que se traslade su contenido a los profesionales sanitarios. Ha sido la voz oficial que ha hablado de “reconocimiento” de la SQM.

El locutor dio paso también a Pilar Muñoz-Calero, presidenta de la Fundación Alborada, que hizo incapié en la existencia de los tratamientos y puso como ejemplo de la evidencia clínica de los mismos su propia superación de la SQM. Hace sólo cuatro años sería imposible su mera asistencia al plató:

“ahora puedo hacer una vida normal, cenar en un restaurante, salir de vaje, etc”.

La directora de Alborada expuso que hay evidencia clara de que los tratamientos que ofrecen el doctor William Rea en la Clínica de Medicinal Ambiental de Dallas (EE.UU.) o la doctora Jean Monro en el Hospital Breakspeare de Londres mejoran mucho la calidad de vida de los enfermos. Esto llevó a Gallego a preguntar a Pablo Arnold, médico pionero en el diagnóstico de la SQM pues trabaja en ello desde hace veinte años y fue testigo del caso de Muñoz-Calero, si existen tratamientos. Arnold estuvo contundente y dijo que sí y que se ha demostrado la eficacia de los oligoelementos y las vacunas o inmunoterapia -tratamientos que como reconoció se ofrecen en Alborada- para desensibilizar a los enfermos de las sustancias que les hacen daño. También apuntó la necesidad de conseguir mayor evidencia científica sobre los mismos explicando que el Documento de consenso abre las puertas a ello, a realizar ensayos clínicos y a aumentar la oferta de tratamientos.

También emitió su opinión sobre ello Francisca Clavero, Paqui, presidenta de Asquifyde una de las asociaciones de enfermos que forman el Comité de trece organizaciones que ha negociado el texto con el Ministerio. Afirmó que si existen los tratamientos y son eficaces la Administración debe ponerlos al servicio de los enfermos cubriéndolos la Seguridad Social.

Terminé apuntando algo que no por obvio parece que haya calado en la sociedad, que estos enfermos nos dan la voz de alarma a los demás sobre lo que nos puede ocurrir si no cambiamos nuestros estilos de vida inmersos en la constante contaminación ambiental (tanto químico tóxica como física -la contaminación electromagnética-).

Más info en el libro La salud que viene.