Si hace cuatro días escribía horrorizada ante la inminente desnudez de nuestros cuerpos en verano, ahora que me he atrevido a llevar vestido sin medias y sandalias, dejando al descubierto mis bellos y estupendos pies (con 35º, cualquiera no lo hace), ahora hago un post sobre calzado veraniego, pero no sobre cualquier calzado veraniego, sino sobre uno en particular: las sandalias.¿Aún no tienes unas sandalias romanas/ gladiadoras en tu armario/ o zapatero? Son el must de este año (como lo fueron del verano pasado). Pero tienen su historia. Se trata del calzado más antiguo que se conoce: fabricada con papiro tejido, la sandalia fue descubierta en una tumba egipcia con una antigüedad de 2.000 años a. C. Mientras las mujeres con más dinero y prestigio vestían calzado cerrado, las de menor rango calzaban sandalias de cuero abiertas en sus colores naturales. Asimismo, la sandalia era el calzado que usaban los trabajadores y los soldados para realizar sus trabajos. Lo cierto es que nunca se han dejado de llevar, aunque en los 60 hubo un especial revival ya que se usaron muchísimo con vestidos hippies y faldas de flores.
¿Ventajas? Son cómodas, pues la mayoría son planas; y además, quedan bien con todo. Las hay marrones, negras, blancas, metalizadas, con tachuelas... A mí me gustan las marrones, en plan clásicas.¿Desventajas? si eres bajita, no te favorecerán las que llegan más arriba del tobillo: acortan la pierna (y dan calor).
Si necesitas pistas (aunque no lo creo, las venden en cualquier zapatería de barrio, además de en las cadenas 'low cost') he recopilado una muestra:Las dos primeras, de TOPSHOP: 39,68 euros.
ASOS: 39,68 euros
H&M. Tienen unas por 10 €, pero en su web sólo vienen éstas, de 19,90€, con tachuelas.