Las sardinas pueden mitigar la inflamación y el dolor

Por Arham @arhammarrero

Las sardinas pueden mitigar la inflamación y el dolor en algunas enfermedades como la artritis reumatoide. Como los pescados azules las sardinas contienen ácidos grasos omega 3, que son los que ayudan a reducir los niveles de colesterol malo y triglicéridos, además el consumo de sardinas en una cocina sana ayudan a prevenir las enfermedades cardiovasculares.
Lo que mas llama la atención es la gran ventaja culinaria que tiene la sardina, puesto que en una cocina sana puede ser frita, asada o a la barbacoa, además de poder encontrarla en conserva en aceite de oliva, en tomate, el limón, o en escabeche.
Nutricionalmente las sardinas nos aportan muchas propiedades a nuestro organismo como son el fósforo que interviene en el sistema nervioso y en los músculos; el hierro que previene de anemia ferropénica, ayuda a la formación de hemoglobina, y proteína que transporta el oxigeno desde los pulmones a las células; yodo para el correcto funcionamiento de de la glándula tiroides; calcio nutre los huesos y combate contra la osteoporosis y el magnesio que ayuda al funcionamiento del intestino, los nervios, mejora la inmunidad y tiene un efecto suave de laxante.
Además contiene variedad de vitaminas: Vitamina A que interviene en la producción de enzimas en el hígado, y lucha contra las infecciones; vitaminas del grupo B como la vitamina B1 que favorece la actividad mental y vitamina B2 que produce glóbulos rojos sanos; vitamina D que ayuda a que el calcio se absorba mejor y lo regula en la sangre; y vitamina E que tiene acción antioxidante, y reduce el colesterol malo.
La única contraindicación que conlleva la sardina es que los enfermos de gota no pueden consumirla puesto que contiene purinas y estas se convierten en ácido úrico al entrar en contacto con el organismo.