Las técnicas intervencionistas han estado tradicionalmente reservadas para estados muy avanzados del tratamiento del dolor crónico. No obstante, desde hace aproximadamente una década, también se emplean en las unidades del dolor de los hospitales en los primeros escalones del tratamiento, evitando que el paciente tenga que seguir un procedimiento que no se ajusta a la intensidad de su dolor. Así lo pusieron de manifiesto el doctor José Antonio López López, del servicio de Neurocirugía y Unidad del Dolor, y el médico José Manuel Trinidad, del servicio de Anestesia y Unidad del Dolor del Hospital Puerta del Mar de Cádiz, durante la undécima sesión del Aula de Pacientes de la Cátedra Externa del Dolor Fundación Grünenthal-UCA. Ambos especialistas expusieron algunas de estas técnicas, como la estimulación eléctrica, la terapia intratecal y la radiofrecuencia convencional y pulsada.
"Desde hace varias décadas la escalera analgésica de la OMS ha servido como protocolo para tratar todo tipo de dolor. Se trata de una guía clínica que progresa desde los analgésicos no opioides (primer escalón) hasta las técnicas intervencionistas (cuarto escalón). Sin embargo, la estricta aplicación de esta guía ha quedado obsoleta. En las unidades del dolor se ha sustituido el concepto de la escalera analgésica por el del ascensor analgésico. De esta manera, el paciente no tiene que pasar por cada peldaño y puede ascender directamente al nivel que exija su grado de dolor", explicó el doctor López.
Por su parte, el especialista del área de Anestesia y Reanimación, José Manuel Trinidad, insistió en que las técnicas intervencionistas "pueden utilizarse como alternativa eficaz en el tratamiento del dolor crónico y no deben restringirse a los últimos peldaños", y resaltó que en determinados casos "para el tratamiento de lumbalgias pueden llegar a evitar la cirugía de columna".
-La estimulación eléctrica y la terapia intratecal
El doctor López destacó la importancia de los neurocirujanos en el tratamiento del "dolor crónico y, sobre todo, intenso" y habló sobre dos técnicas intervencionistas: la estimulación eléctrica y la terapia intratecal.
La estimulación eléctrica consiste en el implante de electrodos en la medula espinal o en el cerebro en zonas específicas. A través de estos electrodos se hace pasar una corriente eléctrica de escasa intensidad pero de intensos efectos analgésicos. "Esta técnica permite modificar la respuesta del organismo del paciente al dolor", subrayó el ponente, que incorporó a su presentación un vídeo de aproximadamente cuatro minutos donde se mostraba cómo se realiza un implante de un estimulador eléctrico medular.
El doctor López también habló de la terapia intratecal de fármacos, una técnica que consiste en la administración de opioides como la morfina, anestésicos locales u otros en diversas zonas del líquido cefalorraquídeo que rodea la médula espinal o el cerebro en cantidades mínimas, produciendo un efecto analgésico potente. "Se trata de una técnica muy eficaz para el tratamiento del dolor somático y visceral", añadió.
Durante su intervención, el doctor Trinidad, especialista del área de Anestesia y Reanimación, explicó a los asistentes en qué consiste la radiofrecuencia, una técnica intervencionista mínimamente invasiva que se utiliza actualmente en las unidades del dolor.
"Existen dos tipos de radiofrecuencia, la convencional y la pulsada, ambas producidas por un generador de ondas de radiofrecuencia. En la convencional, introducimos una aguja cuya punta alcanza entre los 60 y 90 grados de temperatura y que ocasiona una lesión selectiva de las fibras nerviosas del dolor, conservándose las del tacto". Se puede emplear para quemar nervios en el sistema nervioso simpático y nervios sensitivos, "como en los casos de lumbalgia por artrosis de las articulaciones vertebrales, el latigazo cervical, neuralgia del trigémino, distrofias simpáticas y dolores por cáncer".
"En la radiofrecuencia pulsada no se emplea calor, no se quema los nervios, sino que se generan unas ondas de radiofrecuencia que bloquean la conducción del dolor a través de las fibras sensitivas. Se usa principalmente para el tratamiento de dolores relacionados con la columna vertebral, como el dolor lumbar, el latigazo cervical y la hernia discal", aseguró Trinidad.
Cada técnica tiene sus ventajas e inconvenientes no existiendo en la literatura médica consenso acerca de la superioridad de una sobre la otra. Ambas técnicas se realizan en aproximadamente 30 minutos, con anestesia local e ingresando en el hospital de día. El paciente normalmente obtiene el alta unas horas después de ser intervenido.
Otra técnica que se está utilizando recientemente es la Adhesiolisis, apuntó el doctor Trinidad. "Se utiliza en el síndrome postlaminectomia, que ocurre cuando tras una intervención de columna se perpetúa el dolor debido a la fibrosis que se produce en el espacio epidural, siendo muy difícil de tratar. En estos casos se introduce un catéter por la zona más inferior de la columna y se llega hasta la zona lesionada para tratarla con radiofrecuencia o anestésicos."
En sintonía con el objetivo del Aula de Pacientes de la Cátedra – hacer entender a los pacientes los motivos de su dolor y cuáles son los tratamientos de los que disponen – los ponentes abrieron la última parte de sus presentaciones a preguntas y respuestas, atendiendo las consultas específicas de los asistentes y generando un enriquecedor diálogo con estudiantes, pacientes y familiares presentes.