Antes de ponerme a escribir este texto, para entrar en situación me he leído algún que otro artículo del que para mi es el genio de la ciencia ficción. Isaac Asimov. Poco sé de este escritor, me refiero a su vida privada. Pero al leer sus libros es como si estuvieses manteniendo una conversación con él y el fondo le conocieses de muchas cafés compartidos. Con pocos autores he sentido esto.
Recientemente terminé Robots e Imperio. Libro que nos sitúa en el final del ciclo de libros con Elijah Baley como protagonista o al menos presente. Policía de la Tierra que resolverá crímenes que en un principio parece que han sido cometidos por robots. Lo cual, puede parecer imposible debido a las tres leyes de la robótica.
Leyendo este libro volví a ser transportado a la sensaciones que me causaron la Fundación. Gran saga, por cierto.
Mientras he leído muchas de sus obras, me sentía identificado con las ideas y pensamientos recogidos en ellas. Me sentía asombrado por las ideas que veía recogidas en cada una de sus líneas. Me parecía inaudito que siendo de los mediados de los 50 hasta finales de los 80, tuviese una imaginación tal, que no dejases de creer que quizás algún día todo aquello fuese cierto.
Poco a poco voy acercándome a no tener ya ninguna obra pendiente que leer de Isaac Asimov. Me entristece, ya que ando buscando quien pudiese ser un sustituto de libros de ciencia ficción que habiendo creado un mundo a partir del nuestro en una línea temporal quizás no tan lejana, sea todo tan jodidamente realista. Y es lo que más me gusta de este autor. Pienso que se debe debido a su formación científica, que hace que al explicar conceptos de ciencia en sus obras parezcan verosímiles. No son libros en los que los sables láser sean los protagonistas, o batallas interestelares con miles de naves. Son libros, en como he dicho, su mayor encanto es que parecen reales. Los conceptos no son porque si. Explica todos los aspectos como haría un profesor explicando la materia a sus alumnos.
Ojalá tengamos por ahí alguna futura estrella que consiga crear un mundo tan real, que sea ciencia ficción si. Pero que al hablarte de psicohistoria, no pienses que es una patraña más. Que consiga hacerte pensar que algún día exista esa rama del conocimiento humano. Quien sabe.
Yo mientras seguiré mirando hacia a las estrellas buscando aquella que pertenezca a Aurora, Solaria y Trántor. Donde espaciales y colonos puedan convivir, creando un gran Imperio. Y que cojones, con un R. Daneel que nos guíe y proteja por la Ley Zeroth.