Y a su lado, el fiel Joseph Severn, amigo accidental que en un principio le acompañó en su viaje hacia la muerte, y que después se convirtió en el gran apoyo y albacea de sus últimos días en este mundo. Gracias a Severn conocemos la cronología de unos días teñidos de sufrimiento y duermevela que no han hecho sino acrecentar la gloria del poeta a través del hombre que aguantó todo lo que pudo hasta que sus ojos se cerraron en el sueño más profundo. Menos mal, que tras de sí quedará la gloria de aquellos que con su presencia hicieron del mundo un lugar diferente, en este caso, un lugar donde la contemplación de la naturaleza, o la necesidad de amar son el primer y último hálito de una forma de entender la vida. Artículo de Ángel Silvelo Gabriel.
Las tumbas de john keats y joseph severn en el cementerio protestante de campo certio de la ciudad de roma
Por Asilgab @asilgabY a su lado, el fiel Joseph Severn, amigo accidental que en un principio le acompañó en su viaje hacia la muerte, y que después se convirtió en el gran apoyo y albacea de sus últimos días en este mundo. Gracias a Severn conocemos la cronología de unos días teñidos de sufrimiento y duermevela que no han hecho sino acrecentar la gloria del poeta a través del hombre que aguantó todo lo que pudo hasta que sus ojos se cerraron en el sueño más profundo. Menos mal, que tras de sí quedará la gloria de aquellos que con su presencia hicieron del mundo un lugar diferente, en este caso, un lugar donde la contemplación de la naturaleza, o la necesidad de amar son el primer y último hálito de una forma de entender la vida. Artículo de Ángel Silvelo Gabriel.