En fin, que para acabar el mes he pensado traeros una receta que nos encanta en casa y que hemos hecho, codo con codo, mi Danny y yo. ¡Está de rechupete! Y no es nada complicada, como es habitual en esta casa, así que paso a contárosla y espero que la disfrutéis.
Ingredientes: 2 cebollas pequeñas; 1 diente ajo; 2 zanahorias pequeñas; 6 cucharadas salsa tomate; 9-12 hojas lasaña; 300 g espinacas frescas; 4 champiñones grandes; 80 g queso parmesano rallado; sal; pimienta; 2 cucharaditas orégano; aceite; 30 g mantequilla; 2 cucharadas harina; 400 ml leche.
Preparación: Pelar y picar las cebollas y el ajo. Raspar las zanahorias y picar. En un wok poner a calentar un fondo de aceite y sofreír la cebolla, el ajo y la zanahoria a fuego medio. Añadir los champiñones lavados y picados y continuar rehogando.
Añadir la salsa de tomate, salpimentar al gusto y añadir el orégano. Mezclar y continuar rehogando a fuego suave. Por último ir añadiendo poco a poco las espinacas conforme se vayan integrando en la mezcla. Rehogar unos minutos, apagar el fuego y reservar.
Preparar la bechamel. Para ello poner en un cazo a calentar la mantequilla y cuando esté derretida añadir la harina y remover bien con una cuchara de madera. Añadir la leche y continuar removiendo para deshacer cualquier grumo. Salpimentar al gusto, añadir la mitad de queso parmesano y cocinar hasta que empiece a espesar. Apagar el fuego y reservar.
En una fuente alargada poner un fondo ligero de bechamel. Encima colocar 3-4 hojas de lasaña (depende de lo grande que sea la fuente), una al lado de otra, hasta cubrir la base. Colocar la mitad del relleno de espinacas y cubrir con un poco de bechamel. Repetir una segunda vez con una capa de lasaña, el resto del relleno y una de bechamel. Cubrir con la última capa de hojas de lasaña y repartir el resto de la bechamel por encima cubriendo bien. Espolvorear con el resto de queso parmesano.
Cocinar en el horno, precalentado a 180 ºC (arriba y abajo con ventilador), durante 30 minutos. Servir inmediatamente.