Me encanta poder escribir sobre algún empresario español que se está haciendo o que ya se ha hecho un hueco importante en el mundo de la moda, pero si a esto añadimos que se trata de una jovencísima empresaria me agrada mucho más.
En estos momentos en que las cosas están tan difíciles cuando vemos que jóvenes empresarios siguen arriesgándose por hacer sus sueños realidad, me parece mucho más que loable. Este es el caso de Laura Vela.
Esta zaragozana, de 25 años tan solo, ha pisado con fuerza desde muy temprano. Afincada en Nueva York tuvo la oportunidad de que alguna celebrity se interesara por sus diseños, que hasta entonces eran parte de su hobby.
Ella misma, como diseñadora y empresaria, elige las pieles en Argentina y sus bolsos son confeccionados en Colombia. Poco a poco comienza a tener de vecinos en los escaparates firmas como Prada.
Esta joven española tiene muy claros sus principios de estilo, busca diseños en los que los colores sean protagonistas absolutos, tiene en cuenta lo que dicta las tendencias, pero su clienta debe ser una mujer nada obsesionada con la moda. Pretende que su bolso sea un fiel reflejo de la personalidad de su cliente.
El gran salto lo dio cuando se decide a estudiar en la escuela de negocios ESADE en Nueva York. Una vez allí, uno de sus profesores la anima a presentarse a la Semana de la Moda en Nueva York, creyendo ella misma no tener posibilidad alguna se encuentra con la sorpresa de ser la elegida para presentar su colección con diseñadores consagrados. Finalmente, en siete días tuvo que montar un entidad de marca.
Son muchas las celebrities que se dejan ver con uno de los modelos de la joven Laura Vela como Paula Echevarría, Olivia Palermo o Clara Alonso. Sin embargo el gran titular surgió cuando esta chica se convirtió en la joven diseñadora que vendió seis bolsos de su marca a la mismísima Sarah Jessica Parker.
Laura Vela pretende volver a España, no se trata de un caso más de los jóvenes españoles que se han visto forzados a marchar, pero de momento seguirá unos años más por el otro lado del charco.