Lavanda, verde y blanco

Por Arthur @arthurgilbordes

Cuando uno cambia de casa cambia de vida. O, al menos, tiene intención de romper con todo lo anterior para 'empezar de nuevo'. En mi caso, deseaba salir ya de ese bajo oscuro ubicado en la calle Espíritu Santo (Madrid). Necesitaba luz. Habían sido ya muchos años en la oscuridad. Estuve buscando y buscando y no daba con lo que necesitaba / quería. Hasta que, por casualidad, una amiga me invitó a su nuevo hogar ubicado en la calle Infantas. En cuanto entré supe que quería vivir ahí. Casualidades o no coincidía que una vivienda exactamente igual que la suya estaba libre 3 pisos mas arriba. Fui a verla y... no hubo nada más que hablar. Hoy os quiero enseñar mi rincón de Chueca (aún sin terminar) tras los ojos y la pluma de José Rodríguez Señorán, un gran amigo y profesional. 

Creo que era lavanda seca y algodón a lo que olía cuando entrabas y una cabeza de pato te daba la bienvenida enmarcada junto a la cocina. Venía desde el salón, desde la izquierda de la casa, y sí... era lavanda, estoy seguro, lavanda y blanco.

Nada más abrir la puerta ya puedes ver la firma de Arturo en cada esquina: cuadros de rosas con aires vintage, algunos zapatos que esperaban en la entrada para ser usados por las mañanas al ir a trabajar, y segundos después, tras un giro de noventa grados, el verde de las plantas entra en escena.


La luz que irrumpe en el salón te obliga a fruncir el ceño, y una vez la vista se ha acostumbrado, Georgia May Jagger no deja de mirarte mientras tú también la miras. Ella, reinando la estancia y tú sentado en el sofá blanco justo en frente de la puerta. 


La moda impregna todo el apartamento, ¿acaso es inevitable? Antonio de Felipe, Mario Testino, Prada, Vogue, Paraíso, Karl Lagerfeld, Kate Moss, Harper's Bazaar, Alexa Chung, Davidelfin... Incluso los Furbys visten de Planet Palmer. Además, miles de magazines se reparten por la estantería, el suelo, la mesa, los cajones... Alguien lo llamó "cementerio de revistas". ¡Nada de eso! Es más bien como un 'templo de grandes iconos' recogido en una sala de estar. 










Estaba empezando a dejar de parecer una casa... era el comienzo de algo nuevo y podía notarse esa frescura acogedora en cualquier rincón que Arturo decidía conquistar en aquel 5º de la Calle Infantas. Sonaba 'Agent Cooper' en bucle, y una chica de labios ojos lloraba en la cama rodeada de hormigas y consolada por Raimunda (Penélope Cruz en Volver). La habitación no podía ser menos que el resto, y el blanco baña todas las paredes y el carmín salpica los detalles. 




Y de pronto... su mayor tesoro, el armario. La precisión y el orden y la armónica exactitud de nuevo. No acerté (y si lo hubiera hecho no lo recordaría) el número de camisas que había dispuestas según sus colores y estampados, ni el de los jerséis apilados justo debajo... Tampoco había visto nunca un zapatero tan bien colocado, parecía que cada par de Castellanos sabía dónde estaba su sitio y ellos mismos lo ocupaban.






Lo mejor de todo aquel mediodía que nos robamos fue ver (y fotografiar) a un Arturo feliz en un entorno que se confeccionaba con cada fragmento de quien lo habita: un poco de Andalucía, moda, cine, arte, música... y los recuerdos que se van acumulando en las baldas del salón. 

Poco a poco aquello se estaba convirtiendo en un hogar...