Los padres de adolescentes observan a diario cómo ha cambiado la forma y la capacidad de pensar de sus hijos. Esa manera de analizar y de ver la realidad les permite dialogar entre sí y vivir y entender cada momento de una manera más cercana. Los padres deben saber que desempeñan un papel decisivo en la madurez intelectual de sus hijos. En la aparición y el desarrollo del pensamiento formal influye de manera capital el ambiente que les rodea.
Pero, ¿qué entendemos por Pensamiento Formal?
Jean Piaget afirmó en su trabajo "Séis estudios de psicología" que el adolescente construye sus propias formas de pensar basándose en su propio nivel de maduración y en sus experiencias reales. Hoy día ya sabemos que el desarrollo se trata de una interacción, una mutua influencia entre las posibilidades que ofrece el entorno y las potencialidades del individuo.
El individuo proviene de un período que se apoya en objetos concretos. A partir de los 12 años podemos afirmar que se reemplazan los objetos por ideas o conceptos. El pensamiento formal es reversible, interno. El adolescente es capaz de concebir hipótesis (pensar en abstracto) y preparar experiencias mentales para comprobarlas. Formula definiciones, elabora conceptos, resuelve problemas. El sujeto no es consciente del proceso. Según lo anterior, el adolescente puede aplicar un razonamiento deductivo indicando las consecuencias de determinadas acciones realizadas sobre la realidad. El uso del pensamiento hipotético-deductivo constituye el núcleo del pensamiento científico dado que no sólo pueden formular hipótesis que expliquen los hechos sino también son capaces de comprobar el valor de cada una de las hipótesis que han trazado.
El pensamiento abstracto tiene un carácter proposicional (“si… entonces”) que consiste en utilizar proposiciones verbales como medio ideal en el que expresar las hipótesis y razonamientos, así como los resultados que se obtienen.
Para pensar o razonar sobre hechos posibles, el trabajo intelectual no se hace sólo con objetos reales, sino con representaciones de los mismos. El medio de estas representaciones es el lenguaje que desempeña una labor capital en el desarrollo de este pensamiento.
Se ha afirmado que el pensamiento abstracto se basa en esquemas formales. A través de ellos, el adolescente representa su conocimiento como resultado de la interacción de la nueva información con la propia experiencia. El esquema es entendido como un proceso interno, no necesariamente consciente y que descansa sobre la información ya almacenada en nuestra mente. Es una unidad básica a través de la cual representamos nuestro conocimiento. Los esquemas permiten la predicción y así capacitan al individuo para anticiparse a aquellos aspectos del ambiente que le son significativos, acomodándose a las demandas del medio a la vez que integra información nueva.
El desarrollo del pensamiento formal en la adolescencia se produce de una forma significativamente diferente al desarrollo físico. Mientras que éste se produce de una forma progresiva, relativamente rápida (tres o cuatro años) y en una secuencia semejante en la mayoría de los individuos, el desarrollo intelectual tiene lugar con más lentitud (siete u ocho años), en una progresión irregular y con notables diferencias entre unos y otros.
De forma concreta, el adolescente, en el desarrollo intelectual y de forma progresiva, adquiere la capacidad de:
1. Valorar distintas posibles soluciones a un problema.2. Prever las consecuencias de actuaciones presentes.3. Adquirir capacidad crítica al ser capaz de relacionar realidades concretas con reglas generales o abstractas.4. Y podrá reflexionar sobre diferentes realidades posibles.
Las consecuencias de esta forma de pensar son claras: según va dominando con eficacia estas nuevas capacidades, disfrutará de las conversaciones con sus amigos sobre las realidades trascendentales de la vida, hará uso de la crítica, al principio de manera muy tajante, y será capaz de delimitar sus aspiraciones de futuro de una manera realista.
La adolescencia es la etapa que marca el comienzo del desarrollo de procesos de pensamiento más complejos (también llamados operaciones lógico-formales):
- la capacidad de razonar a partir de principios conocidos (construir por uno mismo nuevas ideas o elaborar preguntas),
- la capacidad de considerar distintos puntos de vista según criterios variables (comparar o debatir acerca de ideas u opiniones) y
- la capacidad de pensar acerca del proceso del pensamiento.
Los CAMBIOS EN EL DESARROLLO COGNITIVO durante la adolescencia (12 a 18 años de edad) son los siguientes:
El adolescente adquiere la capacidad de pensar sistemáticamente acerca de todas las relaciones lógicas implicadas en un problema. La transición desde el pensamiento concreto hacia las operaciones lógico-formales se produce con el tiempo. Cada adolescente elabora un punto de vista propio acerca del mundo. Es posible que algunos apliquen las operaciones lógicas a la resolución del tareas escolares antes de poder aplicarlas a los dilemas de su vida personal.
La presencia de cuestiones emocionales frecuentemente interfiere en la capacidad que el adolescente tiene para pensar con mayor complejidad. La habilidad para considerar posibilidades y hechos puede influir ya sea de manera positiva o negativa en la toma de decisiones.
Veamos a través de unos indicadores, el progreso que implica la transición desde un desarrollo cognitivo más simple a uno más complejo:
- Adolescencia precoz (10 a 12 años): los pensamientos más complejos se dirigen hacia la toma de decisiones personales en el colegio o el hogar, entre las que se encuentran las siguientes:
- Comienza a cuestionar la autoridad y las normas de la sociedad.
- Empieza a formar y verbalizar sus propios pensamientos y puntos de vista acerca de diversos temas generalmente relacionados con su propia vida, como por ejemplo:
- cuáles son los mejores deportes para practicar.
- cuáles son los grupos más convenientes para incluirse.
- qué aspecto personal es atractivo o deseable.
- qué reglas establecidas por los padres deberían cambiarse.
- Adolescencia media (12 a 16 años): el adolescente se vuelve más reflexivo y piensa en cuestiones más filosóficas y futuristas como las siguientes:
- El adolescente cuestiona con mayor profundidad.
- Analiza también con mayor profundidad.
- Piensa acerca de su propio código ético y comienza a elaborarlo (por ejemplo, “¿Qué creo yo que es lo correcto?”).
- Piensa acerca de diferentes posibilidades y comienza a desarrollar su propia identidad (por ejemplo, “¿Quién soy?”).
- Piensa acerca de posibles metas para el futuro y comienza a considerarlas sistemáticamente (por ejemplo, “¿Qué es lo que quiero?”).
- Piensa acerca de sus propios planes y comienza a elaborarlos.
- Comienza a pensar a largo plazo.
- El hecho de que el adolescente piensa sistemáticamente comienza a influir en su relación con los demás.
- Adolescencia tardía (16 a 18 años): los procesos de pensamiento complejos se utilizan para concentrarse en conceptos menos egocéntricos y en la toma de decisiones, entre los que se incluyen las siguientes:
- El adolescente piensa con mayor frecuencia acerca de conceptos más globales como la justicia, la historia, la política y el patriotismo.
- Frecuentemente, desarrolla puntos de vista idealistas acerca de temas o cuestiones específicas.
- Es posible que se involucre en debates y que no tolere puntos de vista diferentes.
- Comienza a dirigir el pensamiento hacia la decisión de optar por una carrera.
- Comienza a dirigir el pensamiento hacia el rol que desempeñará en la sociedad como un adulto.
Ante esta realidad, es preciso que los padres se planteen ¿QUÉ PUEDEN HACER PARA ESTIMULAR UN ADECUADO DESARROLLO COGNITIVO DEL ADOLESCENTE? Veamos algunas recomendaciones muy útiles y fáciles de aplicar:
- Incluyan al adolescente en discusiones sobre temas, cuestiones y hechos de la vida cotidiana.
- Anímenle a compartir las ideas y pensamientos de los adultos y el grupo de iguales.
- Aliéntenlo a pensar por sí mismo y a desarrollar sus propias ideas.
- Ayúdenle a establecer sus propias metas.
- Anímenle y oriéntenle a pensar acerca de sus posibilidades futuras.
- Felicítenle y elógienle cuando tomen buenas decisiones.
- Ayúdenle a volver a evaluar por sí mismos las malas decisiones.
Lo anterior se puede ver reflejado en crear actitudes y situaciones que favorezcan el desarrollo de su hijo tales como las siguientes:
- Pida a su hijo opinión en relación con una decisión que le afecte (amueblar su habitación, lugar de vacaciones, compra de una enciclopedia de estudio…) y exíjale que razone su decisión. Ayúdele a razonar y encontrar pros y contras. Después, con el tiempo, es necesario ver las consecuencias de la decisión adoptada y valorarlas.
- En alguna ocasión, vea las noticias con su hijo y comente lo que ocurre: si está de acuerdo o en contra, pídale opinión, que valore lo ocurrido.
- Ayúdeles a que aporten sus puntos de vista ante un hecho cercano o lejano. No sea drástico en sus conclusiones y permítale que se equivoque.
- Pese a que en los argumentos de su hijo existan errores de planteamiento y fundamentación, escuche con atención y exprese interés por lo que dice. Manifieste una actitud de valor hacia la intervención de su hijo con mensajes abiertos como: “es interesante lo que dices…, aunque…”; “estoy de acuerdo contigo, sin embargo deberías pensar que…”; “tienes razón y además hay que tener en cuenta que…”
Fuente: Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y de Formación del Profesorado.
C. Marco