A la hora de armar el bolso para las vacaciones, cada año me enfrento a una cuestión no menor: ¿qué libro/s llevarme?
Con el paso de los años, me fui dando cuenta que -a diferencia de mis lecturas durante el año- el "libro del verano" tiene que tener sí o sí algunas características, a saber:
1. Ser policial. Tiene que haber muerto/s, sangre,enigma, pistas falsas, intriga.
2. Ser largo, para que me dure lo más posible y no tenga que hacer el duelo de terminarlo en plena estadía vacacional.
3. Ser de lectura fácil, donde la trama está en primer plano y no otra cosa. (Ni el estilo particular de un autor, ni figuras literarias retorcidas, ni nada.)
Ojo, a pesar de las restricciones anteriores, es un momento muy democrático: se aceptan best-sellers, libros de mesa de saldos, de supermercados, de 2x1, libros mirados con condescendencia por las críticas literarias más sesudas, etc.
Lo importante es que me entretengan.
Desde hace muchos años cumplo con esta rutina a rajatabla. Los crímenes más crueles y sangrientos, en los escenarios más variados (casa de familia, monasterio, pequeño pueblo, etc.) y los enigmas más misteriosos me han acompañado en la playa, sierra, montaña o pileta de hotel.
Por eso, cuando durante el año leí algunas críticas sobre "La verdad del caso Harry Quebert", decidí que me acompañaría en las vacaciones.
Críticas muy dispares: "la novela de moda", "lectura evasiva y poco exigente", "novela mentirosa", pero a la vez premiada por la Academia francesa, y elegida como el libro del año por los lectores en nosédónde.
"¿Quién mató a Nola Kellergan?" es la pregunta central de la novela, que cuenta, en tres tiempos (1975, 1998 y 2008) la desaparición y asesinato de una quinceañera en un pueblito, con sus clásicos y pintorescos habitantes (algo estereotipados, nobleza obliga). Un joven escritor, con un solo libro publicado (que fue un éxito despampanante, pero bloqueado para escribir el segundo) visita a su profesor, el escritor Harry Quebert, autor de una aclamada novela y descubre que el tipo tuvo en los '70 una relación clandestina con Nola. Para colmo, se descubre -30 años después- el cadáver de la chica enterrado en el jardín de Quebert.
Suficiente para mí.
Adentro del bolso.
La novela mentirosa no me defraudó.
Es cierto que no me creí ni un poco la historia de amor central ocurrida en los '70 entre un tipo de 35 y una chica de 15 (edulcorada, epistolar y romanticona hasta el extremo), pero la historia en general, me atrapó desde el comienzo, me tuvo en vilo, y hasta logró el ¡milagro! de que resistiera un rato más despierta para seguir leyendo un cachito más.
Y también es cierto que el final es medio retorcido y vertiginoso, pero eso fue un ingrediente más que la hizo atrapante.
O sea, cumplió.
Una de las perlitas dentro de la trama, son -a mi criterio- los diálogos telefónicos del protagonista, el exitoso (un "one-hit-wonder" hasta ese momento, en realidad) escritor Marcus Goldman, con su gloriosa madre, que condimentan cada tanto la trama.
Acá van algunos.
Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, claro.
- ¿Por qué corres a preocuparte por un viejo profesor, en lugar de buscarte una mujer? ¡Tienes treinta años y todavía estás soltero! ¿Quieres que nos muramos sin verte casado?
- Tienes cincuenta y dos años, mamá. Todavía queda algo de tiempo.
- ¡Deja de replicarme! ¿Acaso te hemos enseñado a replicarnos? Otra de las cosas que has sacado de ese maldito Quebert. ¿Por qué no te preocupas de presentarnos alguna chica guapa? ¿Eh? ¿Qué pasa? ¿Ya no respondes?
- No he conocido a nadie que me gustase en los últimos tiempos, mamá. Entre mi libro, la gira y el próximo libro...
- ¡Eso no son más que excusas!...Markie, cariño, escucha, tengo que preguntártelo: ¿estás enamorado de ese Harry? ¿Practicas la homosexualidad con él?
********- ¿Oiga? ¿Roy?
- ¿Cómo que Roy?
- ¿Mamá?
- ¿Markie? ¿Eres tú? ¿Quién es ese Roy?
- Mierda, me he equivocado de número.
- ¿Equivocado de número? ¿Llamas a tu madre, dices "mierda" y luego dices que te has equivocado de número?
- No era eso lo que quería decir, mamá. es simplemente que tenía que llamar a Roy Barnaski y he marcado vuestro número sin querer. Tengo la cabeza en otro sitio.
- Llama a su madre porque tiene la cabeza en otro sitio...Cada vez mejor.¿Le das la vida y qué recibes a cambio? Nada.
- Lo siento, mamá. Dale un beso a papá. Te llamaré.
- ¡Espera!
- ¿Qué?
- ¿No tienes un minuto para tu pobre madre? Tu madre, que te hizo guapo y buen escritor, ¿no merece unos segundos de tu tiempo? ¿Te acuerdas del pequeño Jeremy Johnson?
- ¿Jeremy? Sí, íbamos juntos al colegio. ¿Por qué me hablas de él?
- Su madre había muerto. ¿Lo recuerdas? Pues bien, ¿no crees que le gustaría poder coger el teléfono y hablar con su mamá querida que está en el Cielo con los angelitos? No hay línea telefónica hasta el Cielo, Markie, ¡pero la hay hasta Montclair! Intenta recordarlo de vez en cuando.
- ¿Jeremy Jonson? ¡Pero si su madre no está muerta! Es lo que él intentaba hacer creer porque ella tenía vello oscuro en las mejillas y se parecía muchísimo a una barba y los otros niños se burlaban de él. Así que él decía que su madre estaba muerta y que esa mujer era su niñera.
- ¿Cómo? ¿La mujer barbuda de los Johnson era la madre?
- Sí, mamá.
Escuché a mi madre agitarse y llamar a mi padre: "Nelson, ven aquí, ¿quieres? Tengo un chisme del que tienes que enterarte: la mujer barbuda que vivía con los Johnson: ¡era la madre!
¿Cómo que ya lo sabías? ¿Y por qué no me has dicho nada?".