Leopoldo María Panero, poeta

Por Blogsmtenerife

En el obscuro jardín del manicomio
los locos maldicen a los hombres
las ratas afloran a la Cloaca Superior
buscando el beso de los Dementes.
Un loco tocado de la maldición del cielo
canta humillado en una esquina
sus canciones hablan de ángeles y cosas
que cuestan la vida al ojo humano
la vida se pudre a sus pies como una rosa
y ya cerca de la tumba, pasa junto a él
una Princesa.

Los ángeles cabalgan a lomos de una tortuga
y el destino de los hombres es arrojar piedras a la rosa.
Mañana morirá otro loco:
de la sangre de sus ojos nadie sino la tumba
sabrá mañana nada.

El loquero sabe el sabor de mi orina
y yo el gusto de sus manos surcando mis mejillas
ello prueba que el destino de las ratas
es semejante al destino de los hombres.

Leopoldo María Panero (de Poemas del Manicomio de Mondragón)
Este gran poeta de vida personal y familiar enormemente atormentada y compleja ha suscitado la morbosa curiosidad de artista e intelectuales de las últimas décadas, prueba de ello son las películas "El desencanto" de Jaime Chávarri y posteriormente "Después de tantos años" de Ricardo Franco, así como documentales y experiencias musicales con músicos de la talla de Enrique Bunbury, Carlos Ann o Nacho Vegas.El padecer esquizofrenia no ha impedido que desarrollase una admirada obra literaria que merece la pena descubrir, a pesar de que su enfermedad lo haya mantenido ingresado por largos periodos en diversos centros psiquiátricos de la Península y de las islas (concretamente en Las Palmas) y que haya ido mermando sus capacidades al paso de los años. Hoy, Panero está ingresado en el Hospital Clínico de Madrid, vive aislado de todo y de casi todos, y se siente tan al margen de la vida que asegura que hace tiempo que ha muerto. Ésa es una de sus paranoias más frecuentes, pero también tiene otras, como una según la cual la CIA lo persigue desde hace años y otra según la cual fue su madre, Felicidad Blanc, quien lo volvió loco y quien ahora, después de muerta, lo sigue atormentando en sueños, apareciéndosele en las sombras y devorando poco a poco su corazón.Publicado por César M. Estévez (Enfermero especialista en Salud Mental)