Supongo que tod@s la conoceréis, por la repercusión que tuvo la foto que subí a Facebook hace unas semanas.
Nunca pensé que una foto iba a dar tanto que hablar, pero como así fue, pensé, ¿y por qué no hacerle un hueco en mi blog? Así que os prometí un post sobre ella y aquí lo tenéis.
Iris Apfel es una empresaria decoradora de interiores, diseñadora de zapatos,gafas,bolsos y accesorios y cómo no, un icono de estilo y musa de muchos.
Nació en el año 1921, sí sí, tiene 92 añazos!!
Asistió la escuela de arte de la Universidad de Wisconsin y estudió Historia del Arte en la Universidad de Nueva York. Cuando era joven trabajó como redactora para el diario Women’s Wear Daily .
Abandonó su puesto de redactora, donde su sueldo eran 15 dólares semanales, y más tarde trabajó para el interiorista Elinor Johnson.
En 1948 se casó con Carl Apfel, con quien creó, dos años más tarde la firma de textiles y diseño de interiores Old World Weavers, que la llevó a tener clientes como Greta Garbo, Patricia Nixon y Estée Lauder, e incluyendo su trabajo en la Casa Blanca para nueve presidentes.
Iris empleó su tiempo desde los años 50 hasta el 92 (fecha en la que se jubiló) en otros muchos proyectos de restauración de diseño.
Su estilo se salió de los moldes cuando con su peculiar gusto demostró que la moda era intuición, y que combinar piezas de diseño con ropa de mercadillo no solo estaba permitido, sino que era una forma de triunfar haciendo caso omiso de los estereotipos
Sin embargo, a Iris Apfel la fama le llegó a sus 84 años, tras ser objetivo del Museo de Arte Metropolitano de Nueva York en 2005, con la exposición Rara Avis (Rare Bird): La irreverente Iris Apfel, donde se podían ver más de 300 piezas de su peculiar colección de moda en la que se encuentran algunas de Dior, Dolce & Gabbana, Nina Ricci, Geoffrey Beene, Lanvin, y piezas de mercadillo.
El éxito de la exposición fue tal que se extendió a otras ciudades del mundo. En Boynton Beach, Florida, se encuentra la fase conceptual del diseño de un edificio que tendría una galería dedicada a la ropa, accesorios y muebles de Apfel.
En Enero de 2012 se ponía a la venta una línea de cosméticos de Iris Apfel para MAC, compuesta por 20 piezas, entre sombras de ojos, lacas de uñas y barras de labios, inspiradas en los colores y estilo de Iris.
Ahora os dejo con un trozo de su entrevista para Smoda y que me resulta, cuanto menos, interesantes.
-¿Cómo surgió su interés por el arte y el estilo?
Siempre lo tuve. Mi madre era una mujer muy bien vestida y teníamos una casa bellísima. Y mi padre trabajaba en el negocio de la importación y traía cosas hermosas de todo el mundo. Una de sus hermanas, a quien yo admiraba mucho, estaba en la escuela de Arte y después se convirtió en diseñadora, así que crecí con ese interés.
-¿Qué significa la moda para usted? Es un producto muy serio. A veces puede verse como algo muy tonto. Pero si realmente la estudias, te das cuenta de que es una reflexión de la política, de la vida social, de la economía, de la atmósfera. Es decir, de nuestra forma de vida. Si comparas los trajes de diferentes periodos, verás que la gente vestía de una manera por una razón. Cuando las mujeres eran más rígidas, se aflojaron los corsés. Las cosas no solo suceden sin más, ¡todo ocurre por algo! -¿Qué ha aprendido de sus viajes por el mundo? Todo. Vivir es la mejor inspiración. Y esta te llega de la gente, al leer libros, visitar museos, caminar por la calle, ver una obra de teatro, escuchar una canción. Nunca sabes realmente por dónde va a venir. Pero si algo está claro es que siempre tienes que moverte. Me gusta coleccionar objetos de los viajes que hago. -¿Cree que la moda tiene edad?
No. De hecho no me gusta lo moderno. Las tendencias vienen y van. Me gusta la ropa atemporal, lo simple, lo que puedas llevar mucho tiempo, aunque actualmente todo es de usar y tirar.
-Siempre habla de su madre y los consejos que le dio para ir bien vestida pese a los tiempos difíciles que les tocó vivir. Soy una niña de La Gran Depresión, no teníamos mucho dinero. Nadie lo tenía. Y cuando conseguías un poco, aprendías a gastarlo sabiamente. Yo he estado comprándome mi propio vestuario desde que tengo 11 años, porque mi madre trabajaba y no tenía tiempo para ir de compras conmigo. El primer año que lo hice fue porque se aproximaba la Pascua y pensé: «Dios mío, no tengo un nuevo modelo para la ocasión». Entonces todo el mundo se compraba algo para estrenar ese día y lo lucía por la Quinta avenida. Lo llamaban el Desfile de Pascua. Era precioso. Así que mi madre me dijo: «Lo siento, Iris. Si quieres un vestido nuevo, tendrás que encontrarlo tú sola». Y me dio la magnífica suma de 25 dólares, que era un montón de dinero para la época. Me lancé a una tienda de descuento que había en el downtowndonde encontré una prenda de la que me enamoré. De pronto pensé: «No, recuerda que tu madre siempre dice que tienes que comparar. No puedes comprar lo primero que ves, porque tienes que estar segura del valor que tiene». Lo dejé, me subí al metro y me fui a la calle 34, donde había una decena de tiendas maravillosas. Todo lo que vi valía tres veces más que el otro vestido, así que regresé a por él. Lo compré por 12,95 dólares junto con un sombrero que costaba 3 dólares. Luego fui a una tienda de calzado cuyo dueño se convirtió en mi cliente años después y cuyo hijo es ahora un gran diseñador de zapatos, Stuart Weitzman. Por 25 dólares lo tenía todo y me quedó dinero para almorzar y volver a casa. Recuerdo que todo el mundo alabó mis compras. Mi madre siempre me dijo que tenía muy buen gusto y mi padre, que era buena economista. Ese ha sido el secreto. Me gustan los trajes que yo pueda embellecer. Con unos complementos puedes convertir tu look de día a uno de noche. Y de todos ellos, la joyería es lo más, porque cuando la cambias transformas todo tu estado de ánimo. Puedes verte seria, divertida, sexy… ¡Lo que quieras! Los zapatos también son importantes. En ocasiones hago demostraciones en los museos de cómo es posible que las personas modificar su aspecto con mínimos detalles Para mí, estilo es sobre todo actitud. No tiene nada que ver con la cantidad de dinero que posees. Conozco a muchas personas con toneladas de dinero que no tienen estilo y personas sin dinero que van increíbles. Es la forma de pensar sobre ti. Tener curiosidad acerca de uno mismo. Lleva tiempo. Debes conocerte y saber que no importa lo bella que sea una prenda. Si no te sientes cómoda en ella, parecerá que la has tomado prestada. Tratar de copiar el look de alguien es una tontería.
-Viajaba mucho a Europa y mis visitas siempre coincidían con las pasarelas. Después de los desfiles iba a las firmas y preguntaba si había alguna cosa de la que quisieran deshacerse, y la compraba. Nunca pude adquirir nada en Valentino porque él corta para chicas muy pequeñas. Pero a las prendas de casas como Dior o Nina Ricci no tenía que hacerle nada, quizá un dobladillo También en aquella época algunas marcas tenían tiendas donde vendían las muestras. Siempre me ha gustado la moda poco convencional que, por suerte, no se vendía tan bien y era más barata. Así fue como construí una hermosa colección gastando poco dinero. -De pronto me he convertido en una estrella geriátrica. Mi marido y yo nos reímos mucho con la situación. He estado haciendo esto toda mi vida y ahora me encuentro con montones de revistas, sobre todo europeas, que están escribiendo sobre mí. ¡Pero yo no estoy haciendo nada distinto a lo que he hecho durante los últimos 70 años!. -A mi edad, tener que hacer todas estas carreras y estar en todos los sitios a la vez es increíble. Estoy diseñando gafas, bolsos y zapatos, además de hacer un programa para la Universidad de Texas porque ¡me hicieron profesora!.
Iris Apfel todavía consulta y da conferencias sobre el estilo y otros temas de moda. Ha sido catalogada como una de las cincuenta mejores vestidas de más de 50 años por el Guardián.
CUANDO NO VISTES COMO TODOS LOS DEMÁS, NO PIENSAS COMO LOS DEMÁS.
Espero que os haya gustado el post sobre esta leyenda del estilo.
¡BESOS A TOD@S Y HASTA EL VIERNES!
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