La F1 visitó los Estados Unidos por última vez hace sólo cinco años, pero han pasado casi tres décadas desde que el deporte estuvo en Texas. En aquella ocasión fue en Dallas en 1984. Esta vez ha sido en un nuevo y especialmente diseñado circuito diseñado por Hermann Tilke para el calendario de este año. En una mañana fría pero seca, este ha sido el inicio del fin de semana que podría decidir el título mundial de 2012.
Todos los pilotos recibieron un juego extra de neumáticos slick de Pirelli para poder aprender el nuevo trazado, pero a pesar de que no llovió los mejores tiempos se marcaron con las gomas intermedias, algo que fue posible debido a que la superficie estaba completamente "verde" y con una densa capa de polvo. Como resultado varios coches sufrieron excursiones fuera de pista y trompos. La espectacular curva 1 cuesta arriba corroboró su popularidad, pero fue la penúltima curva, la 19, la que acaparó toda la acción.
El Campeón del Mundo de 1978 Mario Andretti fue visto en el pit lane de Austin pero fue el vigente campeón quien comenzó su centésimo Gran Premio logrando marcar el mejor tiempo de vuelta de 1:38.125. Detrás de los tres primeros, Jenson Button y Mark Webber completaron el quinteto inicial seguidos de Felipe Massa, Nico Hülkenberg (que trompeó dos veces), Kamui Kobayashi (quien hizo historia al marcar el primer tiempo de vuelta del circuito), Nico Rosberg y Sergio Pérez. Todos los pilotos se quejaron de una clara falta de adherencia. Los visinvitados VIP pudieron seguir los acontecimientos desde la singular torre de observación situada en la zona del estadio y que cuenta con un suelo de cristal desde el que se ve el paddock.
Otros factores que contribuyeron a las grandes diferencias en los tiempos de vuelta fueron el hecho de que la sesión se iniciara una hora más temprano que de costumbre, que no hubo tandas de otras categorías antes en la pista y que la temperatura de la superficie se redujo en tres grados hasta los 15° C a mitad de la sesión de 90 minutos.