Un libro y una rosa simbolizan toda una suerte de deseos que se ofrecen a la persona estimada. Pero los libros van mucho más allá de los símbolos: son la memoria de todos. Con la especial ventaja de que es una memoria que se puede revisar, reproducir, criticar o, como han hecho las culturas o las religiones del libro, sacralizar.
Hoy podemos comprar un libro y regalárselo a un niño. Y una rosa y regalársela a la persona estimada. son acciones de enorme valor, social y sentimental. Simbólico y, a la vez, real.
Pero, sobre todo, es una oportunidad para enseñar a los niños lo que representan los libros para todos los que sabemos leer. Que por fortuna somos los más, al menos aquí.
Sin embargo, como el soporte del conocimiento, en los últimos veinte años ha saltado del papel a las pantallas iluminadas como esta que estáis leyendo, también es tiempo de aclarar que lo importante es el contenido, el significado de la memoria.
Quizá estamos en el punto de cambiar el día del libro por el día de la lectura.
X. Allué (Editor)