Tanto el color, el aroma o el sabor de nuestro licor, vendrán determinados por la variedad de cereza que utilicemos, así como el aguardiente con el que vamos a elaborarlo.
Este lo tenía hecho desde el año pasado y cuanto más tiempo pasa por él, más rico está.
Ingredientes:
- 1 kilo de cerezas
- 1 lt de aguardiente (yo utilicé caña de Holanda)
- 2 vasos de agua.
- 1/2 kilo de azúcar blanco.
- 1 rama de canela.
Preparación:
- Comenzamos retirando los huesos de las cerezas. Podemos hacerlo de una forma rápida y cómoda con un deshuesador de cerezas o bien practicando un corte alrededor con un cuchillo bien afilado y por supuesto, con cuidado de no cortarnos.
- Luego las colocamos en un bol y las dejamos fermentar durante tres días en un sitio fresco y oscuro, pero no en la nevera.
- Pasado ese tiempo, las metemos dentro de un tarro de cristal esterilizado y hermético.
- Añadimos el aguardiente y la rama de canela.
- Así las dejaremos macerar durante dos meses. Transcurrido ese tiempo, lo filtramos.
- Preparamos un almíbar con el agua y el azúcar. Una vez frío, se lo agregamos al licor.
- Embotellamos y dejamos macerar dos meses más.
- De vez en cuando agitaremos el recipiente con suavidad inclinándolo de abajo hacía arriba un par de veces.
- Transcurridos estos dos últimos meses, solo resta meter nuestro licor en el congelador y disfrutarlo bien fresquito. Como dije en la introducción, podemos servirlo bien frío o en una copa o vaso más amplio y con hielo.
- Aconsejo siempre ir probando el dulzor de los licores hechos en casa, por si es necesario agregar más azúcar mientras maceran, ya que todos los paladares no son iguales.