El lifting es una técnica que permite combatir los efectos del descolgamiento y la flacidez, principalmente en la cara y cuello, mejorando la apariencia física, al recuperar la firmeza y el tono cutáneo que se va perdiendo con el paso de los años. Existen diferentes técnicas, si bien la mayoría de ellas requieren una intervención quirúrgica con anestesia local o general, dependiendo del caso.
En el Lifting no sólo se trabaja a nivel superficial de la piel, sino que se accede a la parte profunda de los músculos de modo que los resultados son más naturales y duraderos. En el cuello se practica la eliminación de la papada mediante la extracción de grasa. Las incisiones se realizan en zonas clave, como alrededor de las orejas o la línea del cabello, para que luego queden ocultas. Posteriormente, estos pequeños cortes se cierran con sutura. Los días posteriores a la cirugía, que no suele durar más de tres horas, se deben llevar vendajes compresivos para reducir la inflamación.
La ventaja de este procedimiento es que se pueden lograr cambios radicales que difícilmente se conseguirían con otras opciones de rejuvenecimiento. Además, los resultados se aprecian casi de manera inmediata, con un tiempo de recuperación de unas pocas semanas y que son definitivos. Este tipo de lifting está especialmente indicado para mujeres y hombres a partir de los 45 o 50 años.
Para quienes no quieran pasar por el quirófano, existe también el llamado “lifting sin cirugía“, que no precisa anestesia, y que engloba un amplio abanico de posibilidades que van desde los hilos tensores, láser, radiofrecuencia, botox y rellenos con ácido hialurónico. Todas estas técnicas NO SON invasivas y tienen efectos más suaves y naturales.
La elección de un tipo de lifting u otro dependerá de la edad, el estado en el que se encuentra el paciente y los cambios que quiera lograr, afortunadamente son muchos los avances que ha habido en los últimos años en el ámbito de los procedimientos estéticos.
(Fuente: Clínica Menorca)