Hace unos días leía en el blog La inmortalidad del cangrejo un post sobre el origen del nombre del blog y mientras lo leía pensaba que hay mucha gente que se mueve, en las Redes Sociales, como los cangrejos. No es que vayan para atrás o de lado, que también, sino que viven siempre dentro de su coraza, sin atreverse a despojarse de ella para que no le dañen. Y si hay algo antitético al concepto de Social Media es precisamente ese, el de la coraza.
Crab Portrait #4 por Clonny, en Flickr
La coraza tiene algo positivo y es que protege tu organismo de tal forma que ninguna agresión externa podrá dañarte, pero también tiene un par de serios problemas.
Limita tu crecimiento
El primer problema es evidente, tu cuerpo no puede ser más grande que tu coraza. La coraza que impide que las agresiones te dañen también impide que tu crezcas. ¿Sabías que una de las principales causa del aumento espectacular de las alergias en los niños es el ambiente cuasi estéril en el que viven hoy en día?
En redes sociales hay muchas formas de ponerse una coraza.
- No tener presencia.
- No admitir comentarios.
- No admitir las críticas y borrarlas.
- No responder.
- No expresar tu ideas.
Cualquiera de ellas te puede evitar mucho estrés, pero impedirá que conozcas a tu comunidad, que aprendas a gestionar las crisis, que puedas diferenciarte y ser realmente tú o que puedas hacer crecer tu marca personal.
Limita tu adaptabilidad
El segundo problema de la coraza es que te impide adaptarte al entorno que te rodea. La coraza es rígida e impide que puedas explorar nichos que no se adapten a tu forma dando al traste con una de las principales ventajas del ser humano: su capacidad de adaptación.
Trabajar en las redes sociales implica una alta capacidad de adaptabilidad y empatía. Debes aprender a conectar con cada miembro de tu comunidad adaptando tu mensaje para que pueda ser entendido, pero si vas con coraza es tu comunidad la que tiene que adaptarse a tí y, en las RRSS, esto no funciona.
Te aleja de tu comunidad
Como no hay dos sin tres, este tercer punto es un bonus. Vestir una coraza, además de lo anterior, también obliga a los demás a mantener la distancia con quien la lleva y es que, las superficies duras, los bordes y las aristas que le otorgan mayor rigidez y capacidad de protección a la coraza se convierten en un peligro para los que están alrededor.
En las redes sociales, debes ser accesible y cercano. Cualquier cosa que impida esta cercanía provocará el cese de las interacciones y la muerte de la comunidad.
Es cierto que el trabajo en Social Media puede ser muy estresante y, ante ello, podemos sentir la tentación de encerrarnos en una coraza protectora, pero aislarte para huir de los problemas no suele ser una buena opción.
Por contra, arrancarte la coraza, aparentemente, te expone a más riesgos, pero si aprendes a gestionar las tensiones te permitirá expandirte más allá de tus límites y hacerte aún más fuerte.
¿Hace mucho que te quitaste la coraza o aún la llevas encima?
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