Lo ecológico y su sello ilógico

Por Yoisasi

En 1989 compré mi primer arroz integral en la herboristería de mi barrio y recuerdo que pocos de los productos españoles (por no decir ninguno) llevaban sello ecológico. Mi sensación, por aquel entonces, era de total confianza ya que eran productos cultivados, elaborados, fabricados y envasados por gente honesta y sin ánimo de lucro donde apostaban por lo verdaderamente natural y auténtico, no como ahora que a todo se le etiqueta con la palabra ‘natural’, y actualmente con ‘ecológico’, con tanta naturalidad como la vida misma…
Las cosas han cambiado y, actualmente, por nuestra seguridad (eso es lo que siempre quieren que creamos en todo lo que nos venden) y negocio para ellos, todo alimento ecológico tiene que llevar sello ecológico porque sin este sello, el producto en cuestión, carece de credibilidad y ‘prestigio’ perdiendo, de rebote, ventas.

Por tanto, si se pagan las tasas y se suben los precios, el negocio verde está servido.
‘El término ökologie fue creado en 1869 por el alemán prusiano Ernst Haeckel en su trabajo Morfología general de los organismos (Generelle Morphologie der Organismen), está compuesto por las palabras griegas oikos (casa, vivienda, hogar) y logos (estudio o tratado), por ello ecología significa «el estudio del hogar». En un principio, Haeckel entendía por ecología a la ciencia que estudia las relaciones de los seres vivos con su ambiente, pero más tarde amplió esta definición al estudio de las características del medio, que también incluye el transporte de materia y energía y su transformación por las comunidades biológicas’. Wikipedia.
Veamos ahora la definición de la UE según su Reglamento del 2007 donde todo es color de rosa (más apropiado decir ‘de color verde’) ya que, según ellos, se protege al medio ambiente, al bienestar animal y al desarrollo rural, toda una gran obra para la humanidad, y que para más inri, está regida por el Codex Alimentarius (tema que explico más adelante):
‘La producción ecológica es un sistema general de gestión agrícola y producción de alimentos que combina las mejores prácticas ambientales, un elevado nivel de biodiversidad, la preservación de recursos naturales, la aplicación de normas exigentes sobre bienestar animal y una producción conforme a las preferencias de determinados consumidores por productos obtenidos a partir de sustancias y procesos naturales. Así pues, los métodos de producción ecológicos desempeñan un papel social doble, aportando, por un lado, productos ecológicos a un mercado específico que responde a la demanda de los consumidores y, por otro, bienes públicos que contribuyen a la protección del medio ambiente, al bienestar animal y al desarrollo rural.’

Tenemos que saber que hay un sello ecológico creado por la Unión Europea y además en España cada Comunidad Autónoma tiene su sello y sus normas estatales a excepción de Andalucía, Castilla-La Mancha y Aragón que obtienen sus sellos a través de empresas privadas como CAAE:
La certificación ecológica no es gratuita. El coste varía en función de si lo solicita un productor vegetal, ganadero o de la industria agroalimentaria. Este esfuerzo económico adicional, sumado a los requisitos que se deben cumplir y los controles que se siguen, aumentan inevitablemente el coste final del producto.’ Biolandia.es

Quiero entrar un poco en materia legal que, aunque pueda resultar un tema aburrido, creo que es interesante empezar a darnos cuenta que el refrán ‘hecha la ley hecha la trampa’ aquí nos va como anillo al dedo. Este Real Decreto se estira tanto como un chicle o es más flexible que una atleta de gimnasia ritmica, según se mire. Todo lo que expongo a continuación lo podéis encontrar en el Reglamento (CE) Nº 834/2007 del Consejo de 28 de Junio de 2007 sobre producción y etiquetado de los productos ecológicos:

- ‘El objetivo es que la presencia de OMG en los productos ecológicos sea la menor posible’.
¡Pues empezamos bien hablando de transgénicos en productos ecológicos!
- ‘Los fertilizantes adicionales, los acondicionadores del suelo y los productos fitosanitarios deben utilizarse únicamente si son compatibles con los objetivos y principios de la producción ecológica.’
¡Y seguimos con más de lo mismo! Entonces, sinceramente, no hay que ser un experto en productos agrícolas para darse cuenta que así las verduras no se pueden considerar ecológicas por muchos sellos verdes que lleven.
- ‘Los animales deben tener, siempre que sea posible, acceso a áreas al aire libre o pastizales.’
‘Siempre que sea posible’ … Así que si no hay aire libre tampoco pasaría nada…
También comenta que tienen que comer pienso ecológico siempre que sea posible, por tanto, los huevos de gallinas alimentadas con piensos ecológicos tampoco deberían ser considerados ecológicos.
- Los alimentos procesados solo deben etiquetarse como ecológicos cuando todos o la mayor parte de los ingredientes de origen agrario son ecológicos.’
‘La mayor parte’… Si leemos los ingredientes de cualquier producto etiquetado como ecológico vemos que muchos no son ecológicos pero se vende con la mayor parte de ingredientes de origen no ecológico.
- ‘Se considera conveniente limitar la utilización del logotipo UE a los productos que únicamente, o casi únicamente, contengan ingredientes ecológicos.’
‘O casi únicamente…’ ¡Esto es un cachondeo en toda regla por muy real que sea este decreto!
- ‘La evaluación de la equivalencia de los productos importados debe tener en cuenta las normas internacionales establecidas en el Codex Alimentarius‘.
Muy importante esta alusión al Codex Alimentarius donde creo que aún somos muchos los que no tenemos ni idea de lo que es. ¿Y qué es el Codex Alimentarius?:
‘El Codex Alimentarius (código de los alimentos) es una colección reconocida internacionalmente de estándares, códigos de prácticas, guías y otras recomendaciones relativas a los alimentos, su producción y seguridad alimentaria bajo el objetivo de la protección del consumidor. Oficialmente este código es mantenido al día por la Comisión del Codex Alimentarius, un cuerpo conjunto con la Food and Agriculture Organization (FAO) organismo perteneciente a las Naciones Unidas y a la Organización Mundial de la Salud (OMS) cuyo objeto ya desde 1963 es la protección de la salud de los consumidores y asegurar las prácticas en el transporte internacional de alimentos. El Codex Alimentarius está reconocido por la World Trade Organization como una referencia internacional para la resolución de conflictos o disputas concernientes a la seguridad alimentaria y a la protección del consumidor. El Programa Conjunto es financiado por la FAO en un 75% y por la OMS en un 25%, el Secretariado es conjunto y tiene su sede en las oficinas de la FAO en Roma.’ Wikipedia.
En términos más coloquiales: Un grupo de damas y caballeros entrajetados que se reúnen periódicamente para organizar todo el cotarro alimentario industrial mundial y también el ecológico. Son los que pinchan y cortan todo lo referente a aditivos, conservantes, productos irradiados, semillas transgénicas y demás basura alimentaria. Y su filosofía cara al público es muy tierna, conmovedora y da mucha tranquilidad…: ‘Por y para la salud de los consumidores’.

Sigamos con el Reglamento:

- ‘Todos los productos y sustancias deberán ser de origen vegetal, animal, microbiano o mineral, salvo si no se dispone de cantidades suficientes de productos o sustancias de esas fuentes, si su calidad no es adecuada o si no se dispone de alternativas.’
Pues nada, si no se dispone de alternativas ni de cantidades…¡Qué le vamos a hacer!
- ‘Solo se utilizarán ingredientes agrícolas no ecológicos si han sido autorizados para su uso en la producción ecológica de conformidad con el artículo 21 o han sido autorizados provisionalmente por un Estado miembro.’
¡Manga ancha para todos!
- ‘Normas de producción ganadera en lo relativo a la reproducción, se utilizarán métodos naturales. Sin embargo se permite la inseminación artificial y podrán utilizarse medicamentos veterinarios alopáticos de síntesis incluidos los antibióticos cuando sea necesario.’
Sólo cuando sea necesario…
- Producción agraria: Una explotación puede dividirse en unidades o instalaciones de producción acuícola claramente diferenciadas, de las que no todas estarán gestionadas de acuerdo con la producción ecológica. Por lo que respecta a la acuicultura, podrán estar presentes las mismas especies siempre que exista una separación adecuada y por lo que respecta a los animales deberá haber diferentes espacios. Por lo que respecta a las plantas deberá haber diferentes variedades que puedan diferenciarse fácilmente.’
¡¿Cómo se come esto?! Todo muy lógico y con mucho sentido… Estaba poniéndome verde por todo lo anterior pero a estas alturas ya me he puesto de todos los colores.
- ‘La composición de alimentos ecológicos transformados únicamente se podrán utilizar aditivos, coadyuvantes tecnológicos, agentes aromatizantes, agua, sal, preparados de microorganismos y enzimas, minerales, oligoelementos… en los alimentos para usos nutricionales específicos si han sido autorizados para su uso en la producción ecológica.’
Si se autoriza para su uso pues está más que permitido, no hay que darle más vueltas.
- Me encanta porque hay el capítulo 5 se llama ‘Flexibilidad’ y su articulo 22 nos habla sobre ‘Normas excepcionales de producción’, es decir, lo de antes no eran excepcionales.

Solamente os he pasado un pequeño ‘esqueje’ de la gran parrafada sin sentido que es este Reglamento.

‘Según J. M. Mulet el mensaje ecologista ha calado en la opinión pública y está siendo usado para vender más, simplemente. Según él, la agricultura ecológica es “moda y postureo”, que siempre -desde hace siglos- se ha usado la manipulación y selección genética en la agricultura y que el futuro de la humanidad no será posible sin los alimentos transgénicos.’ Wikipedia.
A mi, personalmente, este señor, conocido por ir en contra de lo ecológico, no es que sea de mi devoción pero algo de razón le doy. Y en su desinformación hay información bastante interesante como:

‘Este poder del norte de Europa en particular y germano en especial se hace notar en otros aspectos del reglamento, como el hecho que sólo se autorice como abono ecológico el de origen animal y no los restos vegetales, lo cual sería una buena manera de aprovechar productos de deshecho. En el norte de Europa tienen muchas vacas para proveer a la agricultura ecológica, pero en España encontrar suficiente estiércol puede ser un problema, mientras que los restos de la cosecha anterior no se pueden utilizar. Otra aberración del reglamento es que mencione explícitamente que se admiten los preparados biodinámicos, cuando esto es el monopolio de la empresa Demeter, vinculada a una secta, la Teosofía, que curiosamente tiene su sede en Alemania.’

Creadores de la Teosofía

Y ahora un tema sectario a conocer: La Teosofía. Hago una breve introducción y que cada uno, recolectando información, vaya sacando sus propias conclusiones:
Teo-Sofía significa “sabiduría divina”; y es cualquier sistema de pensamiento concerniente entre la relación entre Dios y la creación, especialmente una destinada a ayudar al hombre a alcanzar la experiencia directa de lo divino.
La Sociedad Teosófica fue fundada en Nueva York en 1875 por la ucraniana, Madame Blavatsky y el coronel estadounidense Henry S. Olcott. Hoy en día demandan ser más de 25.000 miembros en 60 países, con 6.000 en los EE.UU. pero su influencia va mucho más allá de los límites de sus propias estadísticas, influenciando el movimiento de la Nueva Era, los Rosacruces, la Sociedad Antropológica, los maestros ascendidos “Yo Soy” , el Nuevo Pensamiento, etcétera.
La Teosofía y el Cristianismo son diametralmente opuestos entre sí. Todo creyente, debe estar en contra del mal de las filosofías de la Nueva Era, como la Teosofía, cuyo objetivo es destruir la libertad, mediante la eliminación de las mentes de los hombres y su individualidad, la lealtad a la familia, el patriotismo nacional, y la fe en Jesucristo para la salvación.
Claramente, Helena Blavatsky era una devota adoradora de Satanás, y una acérrima enemiga de Jesucristo. Ella es además una de las pioneras del actual culto llamado Movimiento de la Nueva Era.
Comenzando en la mitad del siglo XIX, y con la incorporación de conceptos y tradiciones místicas de Oriente, la tradición occidental experimentó una mayor divergencia entre los ritos tradicionales herméticos de la masonería y los rosacruces, y las Escuelas Teosóficas (con la mayor divergencia durante la vida de Madame Blavatsky) que llegó a ser agrupada bajo la rubrica de Espiritualidad New Age, o espiritualidad de la Nueva Era.
La Teosofía, la adoración a Satanás, la Nueva Era y la brujería son inseparables. Todas tienen en común la creación de un Nuevo Orden Mundial para dar la bienvenida a su gobernante mundial.’ David J. Stewart.

Sigamos con el señor J. M. Mulet, profesor titular de biotecnología en la Universidad Politécnica de Valencia que, claramente, grita a los cuatro vientos: ‘Los productos naturales ¡vaya timo!’
‘El reglamento de agricultura ecológica se rige en el principio rector de que “todo sea natural”. Por eso sólo se autorizan pesticidas como el cobre (el cobre se autoriza por ser natural, aunque actualmente la mayoría del cobre de la agricultura viene de la chatarra… es decir, que ha sido manufacturado e industrializado) o el espinosad, que son moléculas que se encuentran en la naturaleza, independientemente de su toxicidad o especificidad. Curiosamente la definición que utilizan de natural es un poco ambigua, puesto que se autorizan los invernaderos y las cámaras de cultivo, entre otras técnicas de dudosa naturalidad. No obstante, la aplicación de la naturalidad en los productos ecológicos no siempre es fácil. Por ejemplo ¿el vino es ecológico? Bueno, pues hasta marzo del 2012 el vino solo se podía etiquetar como procedente de uvas de cultivo ecológico. Durante 5 años se estuvo tratando de definir el reglamento para que el vino fuera ecológico y se llegó a un poti-poti en el que sólo se quitaron 4 técnicas, sin especificar por qué se quitaban esas y se permitía, por ejemplo, seguir utilizando sulfito, clara de huevo, cola de pescado o alginato.’

Y ahora el remate final y el ‘apaga y vamonos’…
‘Las semillas que se utilizan en producción ecológica también están patentadas y se venden por multinacionales como Monsanto.’

‘La estrategia por la que ha optado el sector es la de utilizar el “eufemismo” de la flexibilidad, recogido en el capítulo 5º del reglamento. Básicamente establece un sistema muy generoso de excepciones o dispensas a utilizar productos ecológicos en la producción ecológica. Así todos los años se establece qué productos no ecológicos se pueden utilizar en la producción ecológica sin que eso impida conseguir la certificación. Para poner un ejemplo, todos los años sale la lista de semillas no ecológicas que se pueden utilizar en producción ecológica, y es un PDF de más de 100 páginas. Curiosamente el consumidor no tiene ninguna información de todas las excepciones que se han aplicado en la elaboración de su producto ecológico, por lo que aunque tengan el mismo sello, coexisten alimentos más ecológicos con alimentos menos ecológicos.’
Aquí os paso el Pdf en cuestión:
http://www.magrama.gob.es/es/alimentacion/temas/la-agricultura-ecologica/INFORME_SEMILLAS_2011_tcm7-215784.pdf
Y concluyo porque sigo de todos los colores…
Hay una obsesión obsesiva, valga la redundancia, por lo ecológico, y eso no lo vamos a negar. Si un producto no es ecológico mucha gente ya no lo compra y ni mucho menos lo come. Estoy convencida de que esta programación mental ecologista tan fuerte de que sólo estaremos sanos y salvos comiendo algo que lleve un sello verde con estrellitas viene de la industria alimentaria pero, esta vez, maquillada y disfrazada de color verde. Sinceramente, ya no quiero participar más en este embrollo naturista mercantilista. Es hora de que nos pongamos manos a la obra y busquemos agricultores independientes que no usen químicos para sus lechugas, ni les den piensos ‘ecológicos’ a sus gallinas; pequeñas empresas que no usen aditivos ni conservantes al elaborar sus productos; y cooperativas decentes y honestas… Es la única manera de quitar el poder a las grandes corporaciones que saben que pagaremos lo que sea por un alimento reconocido como ecológico. Aunque hoy en día ¿quién te asegura que eso sea cierto?… Está claro que el único que puede estar tranquilo es aquel que tiene, por ejemplo, un huerto y unas galllinas felices donde dará lo mejor para si mismo y para la Naturaleza. Esto es el verdadero futuro (no muy estable, por cierto) si uno quiere comer y estar sano.
En un planeta tan contaminado por aire, mar y tierra, resulta que, justamente ahora, todo es natural, ecológico, biológico, reciclable, biodegradable y sostenible y hasta las gasolineras pueden tener su Certificado de Sello Ecológico (no es broma). Con todo lo anterior yo ya no me fío ni del color verde de los semáforos…
Salud y Buenos Alimentos.
Yo Isasi
www.nutricionencasa.com