Los especialistas en materia de medicamentos aseguran que tanto los medicamentos genéricos como los de marca son igualmente efectivos, son seguros y ambos tienen calidad comprobada. En ambos casos contienen el mismo principio activo, se administran en las mismas dosis y se encuentran en la misma forma farmacéutica sea en comprimidos o en jarabe, entre otras formas. Esto quiere decir que no existe un real contraste entre unos y otros.
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Veamos a continuación porqué se hace tal afirmación, a fin de que los lectores aclaren sus dudas y puedan desarmar el mito que se ha generado en torno a la calidad de estos medicamentos. A unos por tener marca, se les atribuye mayor efectividad que a los que no la poseen.
Lo que sí es cierto es que los medicamentos genéricos son mucho más económicos, lo cual se debe en parte a que no generan mayores gastos para su promoción. Lo importante de esto es que gracias a su existencia, una gran población de escasos recursos económicos, pueden tener acceso a la medicación adecuada.
¿Qué son los medicamentos genéricos?
Todo medicamento es susceptible de tener su correspondiente genérico. Y esto ocurre cuando la patente de un determinado fármaco de marca ha caducado. En el mercado farmacéutico hay medicamentos que se usan comúnmente, como el omeprazol o el ibuprofeno que tienen sus genéricos.
Pero así como los hay en este tipo de medicamento, también existen genéricos para enfermedades que exigen tratamientos de alta exigencia en especialización, como es el caso del cáncer.
Algunas relaciones que se pueden establecer entre ellos
Sobre el principio activo
Este es igual a decir “ingrediente” en otro contexto. Ese componente es justo la esencia principal del medicamento, al que se le atribuye la acción terapéutica o cura de una determinada dolencia. Como ya se ha indicado, en ambos casos el principio activo es el mismo.
Sobre los excipientes
Estas son sustancias que facilitan el proceso de fabricación y de absorción de un principio activo y en este aspecto sí se puede distinguir una marcada diferencia entre los medicamentos genéricos y los de marca. Veámosla a continuación:
- El medicamento genérico se fabrica mucho después que el de marca y en ese lapso de tiempo, pudo ocurrir que un avance tecnológico se haya producido que éste coadyuve en la incorporación de correctivos o mejoras que perfeccionen los excipientes y que con ello se sustituyan los que puedan representar un problema de salud para una colectividad. En este sentido, los medicamentos genéricos se consideran iguales en calidad incluso, mejores que los de marca.
- En ocasiones los laboratorios de las marcas han patentado algunos de los excipientes y por ello se requiere buscar alguna alternativa inocua.
Sobre su denominación
Se distinguen claramente unos y otros por su denominación, en el caso de los genéricos, los denominan
- De acuerdo al principio activo que tenga el fármaco, por ejemplo atorvastatina o ibuprofeno.
- También se le coloca la cantidad de miligramos que contiene de ese principio activo, por ejemplo ibuprofeno 600 mg
- Luego de ese nombre colocan el nombre del laboratorio que promueve la comercialización del medicamento.
En el caso de los medicamentos de marca, su denominación varía de acuerdo a las casas comerciales, es decir que se puede encontrar bajo nombres diversos, lo que suelo confundir al comprador o paciente.
¿Qué organismo avala la calidad de los medicamentos sean genéricos o de marca?
Es muy importante saber, a fin de sentir confianza en los medicamentos que tomamos, que tanto los medicamentos de marca como los genéricos, están estrictamente controlados. Los filtros de control de calidad son variados y cada uno de ellos es sometido a estos antes de ser aprobados para que salgan al mercado y sean consumidos por las personas.
Cada país tiene sus propios ministerios de sanidad y entre ellos homologan la calidad del medicamento, para que este pueda ser usado a nivel mundial. Por ejemplo en España quienes avalan los medicamentos son la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios y la Agencia Europea del Medicamento.
Cuando un medicamento es aprobado se publican en las páginas web o en los medios que posean para la divulgación del medicamento y allí, los lectores pueden enterarse de cuáles son todas sus especificaciones, tanto médicas como de comercialización.
¿Cuál es la gran diferencia?
La respuesta pareciera que es muy compleja, solo de leer la pregunta, pero resulta que lo único que diferencia a los genéricos de los de marca es el precio. ¡Sí como lo oye! Esa es realmente la gran diferencia y ya arriba lo habíamos adelantado.
La industria farmacéutica invierte mucho dinero en administración, gestión, mercadeo y publicidad en general. Obviamente todo este boom de gastos o inversiones lo realizan para hacerse cada vez más competitivos en el mercado y generar aceptación en la colectividad. Obviamente no pueden vender a precios módicos sus productos pues necesitan que su inversión retorne.
Ya sabemos que al público primero se le “engancha” por la vista y oído, por ende estas industrias se valen de este tipo de conocimiento para llegar a quienes requieren de los medicamentos y para ello deben desembolsar grandes sumas especialmente en mecanismos de publicidad.
El usuario generalmente asocia el costo del artículo con su calidad y efectividad. Piensa que un producto que cueste 47 veces menos, no puede ser tan bueno como el que cuesta 47 veces más. Inmediatamente se plantea que el más costoso ha de contener “algo” que lo haga mejor que al más económico.
Otro aspecto que encarece los medicamentos es el gasto en tecnología y búsqueda de nuevas moléculas.
¿Qué debe hacerse?
Sería fundamental que los médicos cambien de percepción y sean ellos quienes se encarguen de educar a la colectividad. Ellos en ocasiones son los que con frases muy sutiles o subliminales le dicen al paciente que “este o este otro” es mejor. Resulta que ellos son seres humanos que también se dejan llevar por las estrategias comerciales que emplea muy sabiamente la industria farmacéutica.
Las industrias farmacéuticas en sus estrategias de marketing ofrecen a los médicos ciertos beneficios tales como asistencia a congresos o estímulos a final del año, entre otros, a cambio de prescribir un determinado medicamento de marca a los pacientes. Claro, no quiere decir que el medicamento no esté correctamente indicado de acuerdo a la afección, solo queremos decir que la tendencia es a dar como preferencia los de marca y apartar los genéricos como opción.
Lo más grave de este asunto es que hay una desinformación casi total por parte de la población, al punto que si paga un monto determinado por un consulta y el médico le receta un medicamento “barato”, de inmediato pone entredicho la calidad del galeno. Por ende se ha demostrado que las personas de alto estrato social, se escandalizan si les recetan un medicamento genérico. Prefieren comprar uno de 4 que uno de 1 Euro.
En conclusión
Si estamos buscando una respuesta de cuál de los medicamentos es mejor para la salud, la respuesta es que cualquiera de los dos lo será, siempre y cuando esté bien indicado de acuerdo a la enfermedad o dolencia y en las dosis correctas.
Ya hemos visto que las pastillas genéricas cumple la misma función que el medicamento de marca siempre y cuando ambos cumplan con el correcto almacenado y las prácticas de conservación que se empleen. Esto tiene que ver más con las formas de distribución del medicamento que con su producción.
Debemos agradecer a que la existencia de los medicamentos genéricos se ha garantizado que un grueso de la población pueda tener sus tratamientos correspondientes, con calidad y eficacia. De esta manera nadie se excluye del derecho a tener acceso a la salud sin que un asunto de costos se lo impida.