El hierro es un compuesto esencial para que las células funcionen. Sin embargo, este papel como 'combustible' también permite que las células tumorales proliferen descontroladamente y por eso, un nuevo estudio apunta a que la proteína encargada de eliminar el exceso de hierro de las células podría servir algún día como marcador pronóstico del cáncer de mama.
La ferroportina es la proteína encargada de facilitar la eliminación del exceso de hierro en las células. Por eso, investigadores de la Universidad Wake Forest (EEUU) decidieron comprobar si esta sustancia tenía algún tipo de relación con el cáncer.
Sus resultados, que se publican esta semana en la revista 'Science Translational Medicine', han demostrado que los niveles más bajos de ferroportina estaban directamente relacionados con un mayor crecimiento de las células tumorales y un peor pronóstico en pacientes con cáncer de mama.
La ecuación es sencilla: si las células no disponen de ferroportina suficiente para eliminar el exceso de hierro, éste se acumula y actúa como 'combustible' capaz de contribuir al crecimiento del cáncer. Y, lo que es mejor, en experimentos con ratones observaron la relación inversa: al aumentar artificialmente los niveles de esta proteína consiguieron frenar el crecimiento de los tumores en los animales.
El estudio (financiado con fondos públicos de los Institutos Nacionales de Salud de EEUU) hace referencia al hierro a nivel celular, no al que ingerimos por la dieta, por lo que los investigadores insisten en que sus conclusiones no conllevan ningún tipo de recomendación para cambiar de dieta, ni en población sana ni en pacientes con cáncer.
A su juicio, lo que sí habrá que seguir indagando en el futuro, es si la ferroportina puede ser algún tipo de indicador pronóstico sobre la agresividad de la enfermedad: Si los oncólogos pudiesen conocer de antemano qué mujeres presentan buenos niveles de ferroportina, tal vez podrían ahorrarles ciertas terapias contra el cáncer, como la quimioterapia.
Sus observaciones en ratones se trasladaron en una segunda parte del estudio a 800 mujeres con cáncer de mama. A partir de sus niveles de dicha proteína, los investigadores agruparon a las mujeres en función del riesgo de que su enfermedad se propagara, indicando que esta probabilidad era más alta en las féminas con niveles más reducidos de ferroportina.
**Publicado en "El Mundo"