En este artículo descubrirás cuáles son los beneficios de los suplementos probióticos para la salud del riñón y cómo solucionar los problemas renales.
El intestino y los riñones están intrincadamente entrelazados, pero eso no es del todo evidente hasta que la función renal comienza a disminuir. Las personas con problemas renales a menudo experimentan un microbioma intestinal desequilibrado debido a la dieta o los medicamentos, entre otras cosas.
Cabe destacar que el microbioma intestinal es crucial para el sistema inmunitario y digestivo. Este desequilibrio crea un ciclo de retroalimentación negativa que puede causar más daño a los riñones. Una posible solución es la introducción de probióticos para la salud renal.
Microbioma intestinal, probióticos y prebióticos
El microbioma intestinal es un sistema complejo de microorganismos (hongos, bacterias, virus, etc.) que viven dentro del tracto gastrointestinal humano. Esto abarca la boca, el estómago, el intestino delgado, el páncreas, el hígado y el intestino grueso.
Las bacterias beneficiosas que se encuentran de manera natural en el tracto gastrointestinal constituyen la mayoría de los suplementos probióticos que podemos encontrar. El objetivo es aumentar los niveles de bacterias "buenas" y disminuir las malas. Esto se puede lograr consumiendo suficientes prebióticos, por ejemplo, a través de suplementos de fibra que alimentan bacterias beneficiosas.
Funciones del microbioma intestinal
En un individuo sano, el microbioma intestinal es en gran parte responsable de mantener la función inmune y el proceso digestivo. Por otra parte, está en comunicación constante con el cerebro y ayuda a determinar la respuesta emocional.
Sistema inmunitario
El microbioma intestinal a veces se conoce como el órgano inmune más grande del cuerpo. Forma una barrera protectora que evita que las toxinas y las bacterias o virus dañinos ingresen a la sangre.
Sistema digestivo
Los microorganismos beneficiosos consumen fibra que el cuerpo humano no puede digerir adecuadamente por sí mismo. A través de este proceso, los organismos crean un subproducto llamado ácidos grasos de cadena corta (SCFA), que sirven como una fuente de energía significativa para varias células del cuerpo.
Además, el microbioma intestinal y el cerebro están en comunicación constante. Existe una palpable interacción entre el cerebro y el intestino, de hecho, los científicos han calificado este fenómeno como el eje intestino-cerebro.
A pesar de no comprender el mecanismo preciso que permite esta comunicación, muchos científicos están razonablemente seguros de que el microbioma intestinal influye en el dolor, el estado de ánimo y la ansiedad.
Funciones principales de los riñones
Los riñones son un par de órganos, cada uno del tamaño de un teléfono móvil, ubicados hacia atrás en el área abdominal superior. Su función principal es triple: secretan hormonas importantes, regulan la presión arterial y excretan toxinas y exceso de minerales y vitaminas.
Los riñones liberan hormonas esenciales, como la vitamina D y la eritropoyetina. Estos transforman la vitamina D en la hormona utilizable que mantiene saludables los dientes y los huesos. La eritropoyetina, producida únicamente por los riñones, estimula la producción de glóbulos rojos.
Por otra parte, los riñones son responsables de regular la cantidad de agua, minerales y vitaminas en el cuerpo. El exceso de agua, toxinas, vitaminas y minerales se eliminan mediante la producción de orina. Esto afecta directamente las funciones corporales como la presión arterial.
Excretorio
Los riñones también son responsables de eliminar los subproductos que se producen a partir de las funciones corporales normales. Por ejemplo, cuando el hígado metaboliza proteínas, crea urea. El ácido úrico y la creatinina son otros subproductos comúnmente eliminados.
Debes saber que los riñones también regulan los niveles de vitaminas y minerales del cuerpo, incluidos el potasio, el sodio y el fosfato. Los minerales y las vitaminas también pueden causar daños sustanciales al cuerpo si no se eliminan adecuadamente. Por ejemplo, cantidades excesivas de fósforo causan cambios químicos que hacen que el cuerpo extraiga calcio de los huesos.
Sin embargo, si un riñón no funciona correctamente, se producen graves consecuencias. Liberan menos hormonas de las que depende el cuerpo para la producción saludable de glóbulos rojos y producen menos vitamina D utilizable. Tampoco podrán regular la sangre ni filtrar las toxinas del cuerpo de manera efectiva. Esto puede causar síntomas como picazón en la piel, dificultad para respirar, microbioma intestinal desequilibrado y, si no se trata, puede llegar a provocar la muerte.
¿Cómo solucionar los problemas renales?
Las personas con problemas renales a menudo experimentan disbiosis intestinal, lo que significa que la composición de su microbioma intestinal se inclina fuertemente hacia las bacterias dañinas.
Las bacterias beneficiosas mueren debido a diferentes posibles razones: las consecuencias de los cambios en la dieta, la acumulación de toxinas urémicas y nitrogenadas, y los medicamentos y antibióticos que muchos pacientes renales toman a diario. Estos factores crean un ciclo de retroalimentación degenerativa que puede causar más daño a los riñones.
No es recomendable que las personas con problemas renales busquen aporte extra en alimentos que contengan fósforo, potasio, proteínas y sodio. Estas sustancias se terminan acumulando en el torrente sanguíneo y dañan otros órganos. Por ejemplo, el exceso de fósforo causa cambios químicos en el cuerpo que provocan la extracción de calcio de los huesos, esto hace que el sistema óseo se vea debilitado.
Por lo tanto, hay casos en los que se deben reducir los alimentos prebióticos (frutas y verduras), debido a sus altos niveles de fósforo o potasio.
Toxinas urémicas y nitrogenadas
Como resultado de una insuficiencia renal, las toxinas urémicas y nitrogenadas se acumulan en la sangre y eventualmente viajan al tracto gastrointestinal, más allá de la barrera protectora. Una vez dentro, estas toxinas hacen que sea más fácil para algunas bacterias dañinas prosperar, mientras que resulta más complicado para las beneficiosas. Además, algunas bacterias dañinas también pueden producir toxinas urémicas propias, lo que aumenta los niveles generales de toxinas.
Medicamentos y antibióticos
Las personas con problemas renales toman una amplia gama de medicamentos para controlar su condición, incluidos los aglutinantes de fosfato y los medicamentos para la presión arterial alta. Debido a varias razones, estos pacientes a menudo tienen sistemas inmunes menos efectivos y necesitarán antibióticos con frecuencia. Sin embargo, los antibióticos no solo eliminan las bacterias dañinas, también matan a las beneficiosas.
Un regimiento de prebióticos y probióticos altamente estudiados podría ayudar a mantener las poblaciones de bacterias buenas de un paciente con riñón. Esto podría terminar reduciendo el estrés físico y emocional adicional de la disbiosis intestinal.
Probióticos y función renal
Siguiendo en el campo de los probióticos, ciertas cepas como S. thermophilus (KB19), L. acidophilus (KB27) y B. longum (KB31), pueden ayudar a a favorecer la eliminación de las toxinas que se acumulan en el intestino grueso (colon). Con la ayuda de fibras prebióticas, las bacterias beneficiosas pueden metabolizar las toxinas y usarlas como fuente de alimento. Estas toxinas se excretan más tarde del cuerpo durante las deposiciones, lo que ayuda a aliviar la carga de los riñones.
Por otra parte, cabe la opción de tomar un probiótico general, con cepas para la salud intestinal. Este también puede ayudar a las personas con problemas renales. Si bien no consumirán toxinas activamente, pueden ayudar a reparar el microbioma intestinal y aliviar la disbiosis intestinal. A su vez, los pacientes pueden ver disminución de la inflamación y menos bacterias productoras de urémica.
Conclusión
Muchos pacientes renales podrían beneficiarse de los prebióticos y probióticos, pero deberían elegir estos suplementos con cuidado. Los pacientes solo deben tomar formulaciones prebióticas y probióticas que hayan sido aprobadas por su médico para garantizar que no rompan accidentalmente sus restricciones dietéticas.
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