Los Beneficios de Ser (o Aparentar ser) Estúpido en el Trabajo

Por Refugio Arriozola Barrera @DonCuco2012
3 de mayo de 2013

Traducido y Adaptado por: Don Cuco

De un Artículo de: Megan Hustad

Cuantas veces en las charlas de oficina o en las reuniones nos la pasamos preguntándonos ¿Cómo es posible que a Fulano o Perengano los hayan ascendido cuando son una nulidad?

Aparentemente el ser menos privilegiado en términos cognoscitivos y de inteligencia ayuda mucho a la productividad y la buena marcha de la empresa. ¿Porque? He aquí los detalles que los expertos han encontrado.

Un reciente artículo de la revista New Scientist abordó el debate de la ‘ignorancia como felicidad’ con la siguiente pregunta: ¿Si el ser inteligente fuera una ventaja evolutiva, “¿por qué no todos somos uniformemente inteligentes?” La respuesta es obvia y no científica: probablemente por las mismas razones por las que no todos somos uniformemente guapos. Pero ¿ser inteligente siempre te beneficia? ¿Hay casos en los que ser estúpido funciona mejor?

La estupidez puede aumentar la eficiencia, afirma Mats Alvesson, profesor de Estudios de la Organización de la Universidad de Lund en Suecia. En un artículo del Journal of Management Studies titulado “A Stupidity-Based Theory of Organisations“, Alvesson y su colega André Spicer explican cómo lo que ellos llaman “la estupidez funcional” en general ayudaba a que las cosas se hicieran.

¿Pero en que se Basa Esta Afirmación?

Los autores del estudio encontraron que la estupidez, parecía tener un efecto unificador. Incrementaba la productividad. Las personas conformes en un ambiente de estupidez funcional llegaban a un consenso más fácilmente, y con ese consenso se producía un mayor entusiasmo de ‘manos a la obra’ para concentrarse en el trabajo.

En el caso contrario cuando muchas personas inteligentes en una organización levantaban la mano para sugerir cursos de acción alternativos o hacer “preguntas perturbadoras acerca de las decisiones y las estructuras”, el trabajo se volvía más lento.

Es que sin ti el Negocio se Hunde.

En algunas situaciones de trabajo, ser más listo, más rápido y más retóricamente dotado también puede mantenerte atorado en tu actual puesto más tiempo que tus compañeros.

“Cuando tienes un trabajo de nivel inferior, ser excepcionalmente bueno en eso suele ser un impedimento para ser ascendido”, dice Lilit Marcus, autor de “Save the Assistants: A Guide for Surviving and Thriving in the Workplace”.

Por ejemplo, “cuando eres tan excelente asistente que tu jefe tiene dificultades para funcionar sin ti, significa que él o ella te mantendrá como asistente el mayor tiempo posible y no considerará ascenderte para que dejes de estar a su servicio”.

Esto hace eco de algunos de los consejos dispensados en el best-seller de 1970 “The Peter Principle”. Las personas inteligentes son más propensas a imaginar que pueden abrirse paso hacia arriba en una organización. Pero los avances profesionales cruciales, como Sheryl Sandberg confiesa en Lean in, a menudo se hacen cuando un mentor más arriba en la escalera decide jalar a alguien hacia arriba.

Juega Bien tus Cartas:

Pero, en buena conciencia, uno no puede recomendar el fracaso público como un pilar de la carrera. Después de todo, hay una gran diferencia entre ser realmente lento para captar y actuar como si tuvieras algunas cartas menos en la baraja. El truco está en no hacerse el tonto, sino más bien en aprender cuándo hacer valer tu inteligencia superior y cuándo ocultarla.

En otras palabras, una cosa es ser terriblemente inteligente, y otra cosa es asegurarse de que todo el mundo sepa que eres terriblemente inteligente. Aquellos de nosotros que no sentimos la necesidad de asegurarnos de que todos en la sala comprendan, en cada oportunidad disponible, cuán inteligentes somos podríamos tener mejor desempeño que los demás.

Y en los Negocios: ¿Como Ayuda Navegar con “Bandera de Estúpido”?

Por un lado, puede ayudarte a evitar confrontaciones innecesarias. Un desarrollador de propiedades de Nueva York dice que en lugar de estar constantemente discutiendo con un socio que dos veces a la semana le plantea esquemas imposibles, él responde como si no se opusiera en absoluto a la idea propuesta. ¡Por supuesto! Hagamos eso. Gran idea. Luego, pasa rápidamente a la aplicación del plan – preguntando cuántos empleados se necesitan para hacerlo, qué órdenes deben ser canceladas, y así sucesivamente en la lista de implicaciones. Invariablemente, el socio lo reconsidera.

Al actuar como si fuera incapaz de imponer un fuerte argumento en contra de un plan dudoso, el desarrollador deja que su socio mantenga un sentido de superioridad y se evita a sí mismo las consecuencias de un conflicto potencialmente largo y extenso.

No te Dejes llevar por tu Autoestima

Si no te preocupa ser percibido como un poco lento, puedes hacer mejores preguntas – mejor en el sentido de que es probable que obtengas respuestas más iluminadoras. Esto es particularmente útil durante las negociaciones. Hacer preguntas ‘tontas’ ”extrae más información que la parte contraria no habría compartido de otra manera”, dice la directora del proyecto convertida en emprendedora de viajes Jeni James. “También hay psicología básica en torno a las personas que están incómodas con el silencio y por lo tanto, si simplemente permaneces callado, luciendo ‘lento’, la otra parte se pondrá incómoda, y hablará, tratando de llenar el silencio, revelando detalles que tal vez no debería”

Cuando discutía el aspecto radicalmente minimalista de Google -sólo una barra de búsqueda en una página por lo demás vacía- Marissa Mayer explicó que su sencilla interfaz era un intento consciente de imitar una navaja suiza. “Cuando ves a un cuchillo con todas las 681 funciones abiertas, estás aterrado”.

Mayer, entonces directora de producto de Google, dijo en una entrevista en 2002. “Así es como los demás sitios son -tienes miedo de usarlos. Google tiene el mismo nivel de complejidad, pero tenemos una interfaz sencilla y funcional en él, como la navaja suiza cerrada”.

Conclusión:

Ser estúpido, funciona en el trabajo si eres lo suficientemente inteligente como para saber cuándo no serlo.

Fuente: Fortune Magazine