El té es un pequeño árbol perenne, cuyo nombre científico es Camelia Sinensis. El té verde y el té negro proceden de la misma planta. En función de cómo se procesan las hojas, se obtiene un tipo u otro. Así, el té verde no es fermentado, a diferencia del té negro. Las hojas se recogen frescas y se someten a la torrefacción, se prensan, enrollan, trituran y se secan.
Como el té verde está menos procesado que el té negro, contiene una mayor cantidad de antioxidantes y por ese motivo es el más potente de los dos tipos.
Entre sus beneficios encontramos las siguientes:
- La pérdida de peso. El té verde aumenta el metabolismo. El polifenol presente en el té verde trabaja para intensificar los niveles de oxidación de las grasas y la velocidad a la que el cuerpo convierte los alimentos en calorías.
- Colesterol. El té verde reduce el colesterol malo en la sangre y mejora la proporción de colesterol bueno respecto al colesterol malo.
- Diabetes. El té verde ayuda a regular aparentemente niveles de glucosa en la desaceleración del aumento de azúcar en la sangre después de comer. Esto puede evitar que los picos altos de insulina y el almacenamiento de grasa resultante.
- Cuidado de la piel. El té verde también puede ayudar al parecer con las arrugas y los signos del envejecimiento, esto es debido a sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Estudios en animales y humanos han demostrado que el té verde se aplica tópicamente puede reducir el daño solar.
Imagen de Greg McMullin