El dolor abdominal constituye el principal motivo de derivación de los inmigrantes que acuden a los centros de salud del Distrito Poniente de Almería a la Unidad Hospitalaria de Medicina Tropical. Asimismo, las enfermedades infecciosas, como la hepatitis B, representa un grave problema de salud entre la población procedente del África Subsahariana. "Teniendo en cuenta estos datos, el llevar a cabo actividades de prevención y promoción de la salud en este grupo de población es clave para lograr un diagnóstico precoz, que evite las graves consecuencias de esta enfermedad", indica el doctor José Vázquez, coordinador del Grupo de Atención al Inmigrante de semFYC y autor de dos estudios sobre la salud de los inmigrantes que se han presentado en el reciente 16º Congreso de WONCA Europa (WONCA Europe Conference), celebrado en Málaga. La reunión se ha celebrado de forma conjunta con el Congreso de la Sociedad Andaluza de Medicina de Familia y Comunitaria (SAMFyC).
Según se desprende del estudio, realizado entre octubre de 2004 y diciembre de 2009 en la Unidad Hospitalaria de Medicina Tropical del Hospital de Poniente de Almería, de los 1.051 pacientes tratados, el 35% se había derivado desde los centros de salud, al presentar los pacientes dolor abdominal. "Sus causas pueden ser muy dispares y a la vez diferentes entre los inmigrantes subsaharianos recién llegados y los que ya llevan más de un año de residencia en nuestro país. Entre los primeros, en un porcentaje muy elevado la causa suele ser parásitos intestinales, mientras que en los segundos son más frecuentes los trastornos alimenticios o los problemas de somatización", explica este experto.
En cuanto a su prevalencia según el país de origen, del estudio se desprende que la mayor parte procedía del África Subsahariana (93%), frente al 5% de El Magreb y el 1% de América Latina. La mayoría llevaba cerca de dos años de residencia en España. "Por ello, se recomienda que en los inmigrantes procedentes de África Subsahariana, Magreb, América Latina y Sudeste Asiático que llevan en nuestro país hasta tres años, se haga un estudio de parásitos en heces", señala el coordinador del estudio.
"Asimismo", explica este experto, "independientemente de su país de origen, no hay que olvidar que si estas personas viven en condiciones de vida deficientes -hacinamiento o falta de suministro de agua potable- se va a favorecer la transmisión de algunas enfermedades infecciosas como la parasitosis, la sarna o la tuberculosis; por lo que tanto o más importante que las realización del protocolo de atención inicial, es mejorar esas condiciones de vida". Circunstancia a la que hay que unir el hecho de que el inmigrante trabaja en empleos temporales y en malas condiciones. Así, el perfil de los pacientes aquejados de esta dolencia era el de un varón (89%), con 27 años de edad media y en situación administrativa irregular (77%). La mayor parte trabajaba en un invernadero (89%) y el 49,6% se dedicaba a la agricultura.
--Prevalencia de enfermedades infecciosas
Otro de los estudios coordinados por el doctor Vázquez que también se presenta en el Congreso de WONCA, pone de manifiesto la presencia de enfermedades infecciosas en pacientes subsaharianos que llevan más de tres años de estancia en España y que no han regresado en este periodo a su país de origen. En el estudio participaron 135 inmigrantes, con una edad media de 31 años, en su mayoría varones procedentes de Mali, Senegal, Guinea y Ghana.
Los resultados reflejan que entre las enfermedades infecciosas no parasitarias, la hepatitis B y la infección tuberculosa latente son las más comunes. Mientras uno de cada cinco (19,7%) tiene hepatitis B crónica, la prevalencia de infección tuberculosa latente se incrementa hasta el 30%. "Pero es en el caso de la hepatitis B, una enfermedad que puede ser asintomática durante muchos años -y más contagiosa que el VIH-, donde debemos ser especialmente proactivos, ofreciendo su estudio a los inmigrantes. Una prueba que además consiste en un sencillo y barato test serológico".
Entre las enfermedades parasitarias, el estudio recoge que la más prevalente es la Mansonella perstans (25%), infección transmitida por un mosquito; seguida de la esquistosomiasis (23,7%), la Blastocystis hominis (22,7%) y la uncinariasis (16%).