La investigación encuentra su origen en la circunstancia de que Alonso ha adelantado a Jean-Éric Vergne con las ruedas efectivamente por fuera de los límites de la pista. Y es lógico que esto provocase cierta susceptibilidad, ya que en las reuniones de pilotos se insistió seriamente en la obligatoriedad de permanecer siempre dentro de las líneas blancas, bajo pena de descarte de tiempo en calificación o drive-through en carrera. De hecho, a lo largo del fin de semana hemos visto como pilotos de GP3 y GP2 han sido amonestados por hacer un uso incorrecto de la pista. Es muy goloso salirse de las líneas, ya que se puede ganar tiempo en muchos sitios de la pista realizando trazadas muy suaves, e incluso acortar metros de la vuelta.
El caso de Alonso y Vergne, sin embargo, es muy distinto. El español ha 'aparecido' en pista a gran velocidad procedente de la salida de boxes, donde acababa de realizar su segunda y última detención de la carrera. En ese momento, Vergne trazaba la curva 3 –que es donde desemboca la extraña salida del pitlane– a una velocidad similar a la de Alonso. El español ha mantenido la línea exterior en esa curva, que se convierte en interior de la suavísima curva 4. Lógicamente, el de Toro Rosso se ha dirigido a su vértice, sin advertir que el asturiano de Ferrari estaba allí. Llegados a ese punto, Alonso no tenía otra alternativa sino la de irse fuera de la pista para evitar un toque a altísima velocidad con su rival que, estrictamente hablando, debería haberle dejado suficiente espacio en la pista al F138 del bicampeón asturiano.
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