Los derechos del autor

Por Miguel @MiguelJaraBlog

Bueno, la pretensión del post sobre los libros, que si ebooks o en papel (o las dos cosas), era más bien para reirnos un poco y homenajear al libro, en general. Gracias por el debate que habéis abierto. Os ofrezco parte de mi visión particular en otro post más que en un comentario pues creo que tengo bastante que decir al respecto. El libro en papel se ha ido quedando desde hace 25 años en un “formato” para personas muy interesadas en un tema o cuyo asunto les afecta de manera directa. De modo parejo se ha experimentado el fenómeno de los best sellers, libros por lo general con menos sustancia pero que llegan a muchísimas más personas al convertirse en fenómenos públicos de una sociedad consumista y homogeneizada. Entre medias, claro, hay también libros serios, con temas bien trabajados, bien escritos, que con el tiempo llegan a un público bastante amplio. En el mundo editorial se les conoce como long sellers.

La llegada del ebook está levantando desde interés a suspicacias en la industria editorial y entre los autores. Particularmente pienso que los que nos hemos criado con libros de papel no abanadonaremos su gusto. Pero con seguridad también utilizaremos el otro formato, el electrónico… desde luego yo mi biblioteca, de madera y llena de libros, claro, no la cambio por nada (alguna vez he pensado en mi casa ardiendo y lo primero que me viene a la cabeza es salvar los libros. El ordenador… pues como tengo la info salvada en varios sitios al mismo tiempo, no lo echaría de menos y entre las demás posesiones no recuerdo nada valioso). Mis libros son mi vida, me han hecho como soy, soy yo representado en sus autores y autoras y ellos son yo.

Seguramente el ebook a muchos autores nos abrirá a nuevos públicos. Yo hago esa lectura, nunca mejor dicho. Públicos jóvenes que no pueden pagar con facilidad lo que hoy cuesta un libro en papel. El público de América Latina, donde no es fácil distribuir libros en papel y cuyo precio se escapa de las posibilidades del ciudadano medio si no se reduce mucho con respecto a nuestro país. Y no olvidemos la facilidad de prestar los libros electrónicos. Aunque esto no guste mucho a los defensores acérrimos de los derechos de autor, lo cierto es que la facilidad para expandir el mensaje de un autor conlleva más lectores para ese autor, un incremento de sus ventas a la larga y de sus ingresos por todo lo que lleva aparejada la publicación de libros.

De momento les puedo contar que en las editoriales hay más preocupación que otra cosa. Ya han visto cómo le ha ido a la industria del disco por su avaricia. Pero música sigue habiendo y seguirá habiendo. Por supuesto creo que los ciudadanos debemos pagar por el trabajo de músicos, escritores, etc. Parece que se ha extendido la cultura del “todo gratis” que sin lugar a dudas baja la calidad de los “productos culturales”, sin duda. Uno de mis editores en concreto es muy pesimista con el ebook, dice que no servirá ni para vender más libros y mejorar el estado de las arcas (de las editoriales sobre todo) ni para mejorar el nivel cultural de la sociedad. Él lo achaca a un problema estructural español, sobre todo; este país no tiene el nivel ni la tradición lectora del Reino Unido, Alemania, Francia o los países del centro y norte de Europa. Cuarente años en el dique seco del franquismo hacen mucho y un clima que invita a vivir en la calle, como el nuestro, también influye.

Lo cierto es que editoriales supuestamente progresistas están ofreciendo el mismo porcentaje de derechos de autor por libro en papel que en ebook, lo que es una clara manipulación pues para editar un ebook de un libro ya escrito no hace falta prácticamente trabajo. Ya me he tenido que “pelear” con una para que ese royalty sea al menos el doble, como una de las editoriales conservadoras más grandes hace. Están muy perdidos, desconfiados y tiran por la puerta de enmedio apretando al autor, para variar. Así lo llevan claro, no hay más que mirar a la industria “hermana” del disco. Como apunta uno de los comentaristas del citado post, ya se puede comprar un libro digital directamente desde la web del escritor. Se eliminan intermediarios y aunque tal vez al principio se vendan menos libros (hasta que la sociedad tome conciencia de estas posibilidades) con seguridad el autor ingresará más pues del precio de venta se llevará prácticamente todo cuando ahora justamente es al revés. Esto depende de la ciudadanía, de su apoyo económico a los autores que así lo hagan.

No es tanto el libro el que está en crisis sino una industria editorial que como casi todas en este sistema capitalista es un gigante con los pies de barro, de lentos movimientos y visión estrecha, cortoplacista. No se enteran de que según nos traten a los autores les irá a ellos porque una cosa es segura sin nosotros no existirían.

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