En el año 1939 el régimen Nazi ponía en marcha el programa Aktion T4, el citado programa tenía como objetivo aplicar un sistema de “eutanasia” sobre las personas que tuviesen una discapacidad o enfermedad que los convirtiese en poco útiles para la sociedad germana, y por tanto excesivamente caros de mantener. Bajo ese pretexto y durante el tiempo de vigencia del diabólico programa se estima que alrededor 280.000 personas fueron torturadas y asesinadas, de las cuales unas 5.000 tenían menos de 10 años y unas 10.000 eran adolescentes. Para justificar esta acción criminal se presentaba a estas personas como “Vidas indignas de ser vividas” y cuyo asesinato era una acción tanto de compasión hacia el enfermo como en beneficio de la comunidad en general. Bajo el pretexto del alto coste de estas personas para la sociedad y la limpieza étnica se permitió tal genocidio. El director de la “Institución para Débiles Mentales”, Ewald Meltzer, decía con total tranquilidad “a pesar del amor a la vida que parecen tener estos idiotas incurables” lo más conveniente era eliminar tales vidas “inútiles”.Cuestiones raciales por una parte y económicas por otra mantuvieron este programa activo, ante la pasividad total de casi todo el mundo. Pero con lo que no contaba el régimen Nazi era la fuerte oposición popular que los familiares de las víctimas iban a presentar, o incluso que desde algunos púlpitos tanto católicos como protestantes se iniciaran auténticas campañas en contra. En 1941, y ante la inusitada presión, el programa Aktion T4 se suspende oficialmente (aunque las actividades de asesinato continuaron de forma más discreta). Muchos de los opositores fueron encarcelados, asesinados o enviados al frente Ruso. Apenas unos pocos consiguieron contarlo.
Tal y como decía una gran profesora de historia “Conocer el pasado nos ayudará a comprender el presente y evitar caer en los mismos errores”, pues entonces los conocimientos de historia deben ser muy malos, o la memoria corta. Básicamente en la actualidad y en base a esta “presunta” crisis económica lo que se hace es ir a por los más débiles de la sociedad y eliminarles sus derechos. Ya que al parecer son muy costosos para la sociedad en general. Y estos derechos son de los teóricamente universales, “salud y educación”. Mi esposa (que tiene unas salidas muy espontáneas y muy buenas, de esas que solo tienen las madres) me dejó muy claro que la mejor medicina para un niño con autismo es ir al colegio.
El Estado pone en marcha todos sus instrumentos para que los ciudadanos díscolos, esos que al parecer sí estaban atentos en clase de historia, sean callados a la mayor brevedad posible. Los presionan, amenazan, persiguen, ponen al resto de la “sociedad” en su contra, los acusan de malos padres,…., por el mero hecho de sencillamente exigir unos derechos para sus hijos. O en otros casos nos dan pequeñas migajas, para que estemos calladitos. Nos invitan a un invento de aulas mixtas, que están a medio camino entre lo malo y lo peor. Aulas de integración, enclave, TEA, CYL, y no sé cuantos nombres más. Aulas que en la mayoría de los casos no son más que una aula de educación especial en un centro ordinario, pero que además no tienen los medios del centro de educación especial. Con ratios imposibles, perfiles muy diversos mezclados, con profesionales que por buenos que sean al final se queman. Y mientras, el tiempo pasa y tú te callas porque crees que conseguiste algo. Tu hijo está donde se supone que debe estar. Hasta que llegue la secundaria, eso si aguanta claro. Luego el dictamen de escolarización cambia por arte de birlibirloque, y a educación especial. Al gueto del cual conseguiste escapar, pero al final, los chicos de la Gestapo te han pillado.
Esto es jugar al gato y al ratón, donde el gato es el Estado y el ratón es tu hijo. Y no nos damos cuenta que con el jueguecito de marras el tiempo pasa a favor del Estado y en contra de tu hijo. Y al final, cuando ya es tarde, te das cuenta que perdiste la partida. Que te dieron migajas para callarte la boca, pero cuando regresaste a la casilla de salida, descubres que los chicos de laGestapo sencillamente te dejaron tener tus berrinches mientras ellos se meaban de la risa viendo como otra mami histérica gritaba pensando que defendía a su hijo, cuando en realidad estaba jugando al juego sádico de “Aktion T4”.
Y quizá muchos piensen que la comparación es una exageración, y a lo mejor tienen razón, pero la verdad al final se empeña en aflorar. El el 39 se propusieron “apartar” a unas 250.000 personas del sistema. Y pensaron que matarlas era una buena idea. Y lo hicieron. Hoy en vez de matarnos sencillamente nos esconden, nos apartan, nos convierten en ciudadanos sin derechos. Nos segregan. Y lo están haciendo.
Y mientras un grupo de ciudadanos pierde derechos de forma sistemática, son perseguidos, acosados y coaccionados, el resto de los ciudadanos sencillamente mira hacia otro lado. Y por eso estamos como estamos, porque somos como somos. La sociedad actual debe madurar mucho todavía, debe ser capaz de comprender que los derechos han de ser los mismos para todos. Un ejemplo muy reciente es el referido a las manifestaciones multitudinarias que los maestros ha llevado a cabo por el recorte de sus salarios y de los presupuestos en educación que hacen muy difícil dar una mínima calidad educativa. Y tienen toda la razón del mundo en manifestarse, es más, estoy totalmente de acuerdo con sus reivindicaciones, porque son justas y adecuadas. Pero, y el pero es lo importante, ¿por qué estos maestros no salieron a manifestarse ante el recorte de derechos de los alumnos con necesidades educativas especiales? ¿por qué los maestros no salieron a manifestarse para exigir el cumplimiento de la ley en lo referente a las ayudas necesarias para el correcto desenvolvimiento educativo en los centros ordinarios de los niños con necesidades educativas especiales? ¿por qué los padres que se sumaron a las protestas de los maestros no salieron a manifestarse para defender los derechos de nuestros hijos? Sencillamente porque no consideraban que debiesen defender esos derechos, no era algo que les afectase. Ha tenido que llegar el momento en que toquen el bolsillo del colectivo para que estos se movilicen y caigan en la cuenta de que ahora les toca a ellos. Y ahora les toca a ellos porque antes callaron, no consideraron que los derechos son los de todos y no los particulares. Necesitamos madurar, necesitamos entender que cuando a mi vecino le restringen sus libertadas, mañana nosotros vamos a ser los siguientes. Por eso, durante el régimen Nazi en Alemania pasó lo que pasó, porque nadie dijo nada cuando al vecino le restringían su libertad, sus derechos, cuando los segregaban.
Hoy nos venden una supuesta crisis que permite hacer cualquier cosa, que otorga patente de corso a las Administraciones. Los ciudadanos deben pagar los excesos de otros y además sin quejarse. Y aun y así, nadie dice nada, nadie hace nada. Y mientras, nos roban el futuro de nuestros hijos en nuestras propias narices. Nos hacen creer que nos escuchan, que les interesamos, pero la realidad es muy tozuda y se empeña en demostrar que esto no es verdad. Y al segregar a nuestros hijos, están segregando a los hijos de los demás.
No peleamos por el derecho de nuestros hijos a que puedan tener una educación inclusiva. No, peleamos por el derecho del resto de niños a conocer a nuestros hijos, a crecer en la diversidad, en la pluralidad. Luchamos por el derecho de TODOS a no ver etiquetas, a no ver diagnósticos, sino personas. Personas con los mismos derechos. Luchamos por un futuro mejor. Y por eso no nos callamos. Porque nos importan los derechos de todos.La primera noche ellos se acercan y cogen una flor de nuestro jardín,y no decimos nada.La segunda noche ya no se esconden pisan las flores, matan nuestro perroy no decimos nada.Hasta que un día el más frágil de ellos entra sólo en nuestra casa,nos roba la luna,y conociendo nuestro miedonos arranca la voz de la garganta.Y porque no dijimos nadaya no podemos decir nadaVladimir Maiakovski. Poeta ruso 1893-1930