Con respecto a los biomarcadores, debemos recordar que su mayor capacidad está en identificar pacientes que no se beneficiarán de determinados fármacos o que podrían desarrollar toxicidad severa. Esta es la principal razón por la cual nos permiten tomar mejores decisiones sobre el tratamiento que requiere cada paciente con un efecto directo sobre la sostenibilidad del sistema de salud.
En Argentina el acceso a los fármacos se encuentra regulado, pero no ocurre los mismo en el caso de los biomarcadores. Desde lo práctico que significa, que tenemos un fármaco aprobado, pero no está resuelto quién financia el biomarcador. En la actualidad, en la mayor parte de los casos, es la industria farmacéutica quien cubre el costo de los biomarcadores.
Con respecto a este último aspecto es necesario que hagamos alguna reflexión, la primera es que a pesar de que la forma ha permitido el desarrollo de la medicina de precisión, mediante la cobertura de los biomarcadores, este hábito no debería mantenerse en el tiempo. Mirando al futuro, y trabajando en forma conjunta, la real solución, a pesar de poder desarrollar algunas alternativas en el camino, se basaría en que la financiación de un nuevo fármaco debería ser acompañada por la financiación necesaria para estudiar el biomarcador.
Por otra parte, en la mayor parte de las instituciones de salud de nuestro país las determinaciones moleculares se hacen en los servicios de anatomía patológica de forma secuencial, analizando uno a uno los biomarcadores, un proceso costoso y que retrasa el diagnóstico. La introducción de tecnologías NGS permite hacer un gran número de determinaciones en forma simultánea, lo que impacta principalmente en la velocidad en la que se obtiene el resultado y en los costos de cada determinación. La incorporación de esta tecnología permitirá incrementar el número de determinaciones moleculares lo que impactará en forma positiva en el manejo de un mayor número de pacientes.
Por último, en un escenario donde la realidad del cáncer avanza en forma muy rápida, es imposible pensar que los recursos para su manejo global solamente puedan ser aportados por el sector público. La medicina de precisión nos abre una gran oportunidad para generar una fuerte colaboración público-privada.