“Cuando sonreímos de corazón no sólo se nos ilumina el rostro, también nuestra mirada es luz, adquiere sus propiedades y es capaz de penetrar las más oscuras tinieblas, diluyendo cualquier miedo. Mientras seamos capaces de sonreír nada nos puede hacer daño, porque más allá de lo que estemos pensando contamos con el poder de nuestro corazón. Cuando nos vean sonreír donde los otros se quejan sabrán que ninguna realidad exterior nos puede dominar, y se preguntarán que cuál es nuestro secreto. El secreto de poder sonreír siempre es sentirnos unidos a nuestra esencia, sabemos que ella es una fuente inagotable de luz y que es nuestra auténtica identidad. Si alguna vez dudamos de ello nos bastará buscar la sonrisa de un niño y dejarnos bañar en ella, automáticamente nuestra propia inocencia nos llevará de la mano hacia nuestra sonrisa salvadora.
“Cuando sonreímos de corazón no sólo se nos ilumina el rostro, también nuestra mirada es luz, adquiere sus propiedades y es capaz de penetrar las más oscuras tinieblas, diluyendo cualquier miedo. Mientras seamos capaces de sonreír nada nos puede hacer daño, porque más allá de lo que estemos pensando contamos con el poder de nuestro corazón. Cuando nos vean sonreír donde los otros se quejan sabrán que ninguna realidad exterior nos puede dominar, y se preguntarán que cuál es nuestro secreto. El secreto de poder sonreír siempre es sentirnos unidos a nuestra esencia, sabemos que ella es una fuente inagotable de luz y que es nuestra auténtica identidad. Si alguna vez dudamos de ello nos bastará buscar la sonrisa de un niño y dejarnos bañar en ella, automáticamente nuestra propia inocencia nos llevará de la mano hacia nuestra sonrisa salvadora.