Sam Fabelman vive con sus padres y sus hermanas. Su padre es informático y debido a su trabajo deberán mudarse primero a Arizona y después a California. Su madre podría haber sido una brillante pianista pero son los años 50. Cuando Sam descubre el cine siente que ese es un medio para expresarse y contar historias al mismo tiempo que se convertirá en el revelador de un hecho que le marcará a él y a su familia.
Película autobiográfica de Steven Spielberg a la que iba con ciertas reticencias pero con la que disfruté mucho. Es una historia sobre el descubrimiento del cine, de cómo se hacía el cine a finales de los años 50 y principios de los 60, del ingenio de un niño para realizar trucos y emocionar más a los espectadores, y de como el arte también sirve de terapia y nos ayuda a conocernos y a conocer a los demás.
También nos retrata el modelo de familia, padre trabaja, madre en casa y de cómo este modelo lejos de traer felicidad trae frustración a la mujer que se queda en casa. Muy linda Michelle Williams al igual que el resto del reparto, muy compensado y compenetrado. Y excelente el diálogo entre Judd Hirsch, tío de Sam, y el propio Sam, Gabriel LaBelle sobre el arte y las consecuencias de dedicarse a él.
Pasarás un rato entretenido y feliz con los Fabelman.