¿Los frutos secos engordan?

Por Míriam Lihi

Hasta no hace mucho tiempo se consideraban demasiado calóricos para comerlos todos los días pero a día de hoy existen numerosos estudios científicos han desmentido esta opinión y apuestan por su consumo día a día.

Aunque eso sí, siempre con moderación.

Así lo confirma el estudio realizado por investigadores de la Universidad de Purdue en West Lafayette (Estados Unidos), que no han detectado ninguna asociación entre el consumo de frutos secos y el aumento de peso.

En promedio, una porción de 28 gramos contiene de 160 a 200 calorías, dependiendo del tipo de fruto seco que se tenga en consideración.

Lo más aconsejable es comer una porción por día. Y tratar de no superar los 56 gramos. De esta manera, se pueden obtener todos los beneficios de estos alimentos sin temor a coger unos quilos de más.

Entre los beneficios más destacados de los frutos secos cabe destacar el poder que tienen para ayudar a regular los niveles de azúcar en sangre junto a la capacidad de contrarrestar la resistencia a la insulina y mejorar el control glucémico en personas que sufren de diabetes Tipo 2. En este caso sería suficiente consumir 3 frutos secos a elegir entre, por ejemplo, almendras, anacardos, nueces del Brasil y nueces.

Pero los beneficios no terminan aquí. El consumo de frutos secos, de hecho, también se asocia con una mejor salud del corazón, la reducción de los niveles de colesterol, un aumento de la esperanza de vida e incluso sirve de ayuda para controlar el peso.

Estos efectos positivos podrían estar asociados con el contenido de proteínas de estos alimentos, lo que ayudaría a promover la sensación de saciedad y mantener un nivel estable de azúcar en la sangre.

Tampoco hay que olvidar que en estos alimentos hay un 80% de grasa. La mayor parte de esta grasa es grasa insaturada que es buena para nuestro organismo.

Finalmente, el fruto seco proporciona magnesio, que ayuda a mantener el equilibrio electrolítico adecuado en el cuerpo, ácido fólico importante para la salud del cerebro, vitamina E beneficiosa para la salud cardiovascular y arginina, que al participar en la producción de óxido nítrico actúa sobre dando vasodilatación.

Según el fruto seco que elijamos tendrán más o menos proporción de los componentes citados anteriormente. Por ejemplo, las almendras son particularmente ricas en vitamina E, mientras que los anacardos son una buena fuente de magnesio. Los pistachos, sin embargo, son ricos en sustancias que son útiles para la salud de los ojos y las nueces son una buena fuente de ácidos grasos omega 3.

Pese a estas diferencias, la relación de proteínas, fibra y grasas entre los distintos frutos secos es muy similar. Lo ideal es variar, es decir, comer diferentes tipos de frutos secos cada día manteniendo las proporciones de 28 a 56 gramos al día.