La necesidad de ahorrar sangre debe ser un objetivo prioritario en todo hospital moderno. Por este motivo, una actualización de los métodos de ahorro de sangre es una cuestión absolutamente de calidad en el tratamiento de los pacientes. Los pacientes tienen el derecho de ser intervenidos quirúrgicamente con la aplicación de los métodos de sangres disponibles e indicados en cada circunstancia. Ésta ha sido una de las cuestiones que se ha abordado en la III Reunión nacional de la Sección de Hemostasia, Medicina Transfusional y Fluidoterapia Perioperatoria de la Sociedad Española de Anestesiología y Reanimación (SEDAR)
El Dr. Juan Vicente Llau, Vicepresidente de la Sección de Hemostasia y Medicina Transfusional de la Sociedad Española de Anestesiología y Jefe de Sección de Anestesiología del Hospital Clínico Universitario de Valencia afirma que “con una preparación óptima del paciente y el uso de los métodos de ahorro de sangre más adecuados se podría evitar la administración de hasta un 20 ó 30% de las unidades de sangre que se emplean habitualmente en el perioperatorio”. El Dr. Llau considera que el uso de la sangre se podría mejorar “tratando de disminuir el sangrado de las intervenciones y preparando mejor al paciente, sobre todo con un diagnóstico adecuado y un tratamiento específico de la anemia antes de la intervención quirúrgica”. El objetivo en este terreno es el tratamiento de la anemia preoperatoria y la disminución del sangrado perioperatorio para conseguir un ahorro en la administración de sangre.
La cirugía cardiaca es una de las cirugías con mayor riesgo de sangrado y transfusión. En este sentido se ha pronunciado también la Dra. Pilar Paniagua, médico adjunto de Anestesiología del Hospital Cruz y San Pablo de Barcelona que afirmó que “se transfunde mucho en cirugía cardiaca y vascular mayor por lo que se hace necesario buscar medidas para transfundir menos. Hay que conocer los factores que aumentan el riesgo para corregirlos, evitarlos o extremar medidas de ahorro de sangre. Pero también hacen falta más estudios para validar la capacidad de predicción de sangrado de los monitores de diagnóstico de la coagulopatía y poder establecer algoritmos de tratamiento basados en diagnosticos rápidos y fiables de las causas de sangrado”.
La Dra. Paniagua indicó que el 20% de los pacientes que se operan de cirugía cardiaca tienen una hemorragia significativa y hasta un 4% requieren reexploración quirúrgica. Asimismo apuntó que en menos del 50% de los reintervenidos, la causa es quirúrgica siendo la coagulopatía microvascular la principal causa de sangrado. Entre las soluciones que aportó Paniagua para reducir los riesgos de sangrado y transfusión, mencionó los fármacos antifibrinolíticos, la corrección de la anemia perioperatoria, optimizar el tratamiento anticoagulante previo a la cirugía y diseñar algoritmos de manejo de sangrado que sirvan de guía de práctica clínica.
Los nuevos anticoagulantes centraron buena parte de esta reunión. Hay muchos pacientes que reciben tratamiento con un fármaco anticoagulante, sobre todo con acenocumarol (el conocido SINTROM) o con un fármaco antiagregante (aspirina o clopidogrel) porcentaje que se incrementa mucho entre la población mayor de 65 años. “Alrededor de uno de cada diez pacientes toma de forma crónica alguno de estos fármacos. En los últimos años se están desarrollando nuevos tratamientos anticoagulantes que vayan a sustituir al SINTROM. Estos nuevos anticoagulantes se presentan como más efectivos y más seguros y las investigaciones que se están llevando a cabo en este terreno van a ser actualizado en este reunión”, dijo el Dr. Llau quien añadió que “hemos visto los aspectos más novedosos del empleo de estos nuevos anticoagulantes en la profilaxis de la enfermedad tromboembólica venosa como en su empleo en un futuro muy inmediato en los pacientes con patologías como determinados tipos de arritmias, los que son portadores de una válvula cardiaca mecánica o aquellos que han sufrido una trombosis cerebral”.
Otro aspecto sobre el que han incidido estos especialistas han sido los casos en los que un 5% de la población que acude a un hospital rechazan la transfusión de hemoderivados lo que supone un reto importante para el anestesiólogo. “Se trata siempre de una cuestión controlvertida y en la que entran en juego aspectos éticos y de derecho de los pacientes junto a otros de confianza en el médico y de deber de defensa de la vida. Aunque no se dispone de datos concretos, podemos afirmar que actualmente alrededor de 5% de pacientes rechazan la transfusión de hemoderivados por diversos motivos”, señala el Dr. Llau.
“Es conveniente saber que incluso algunos pacientes Testigos de Jehová no aceptan determinadas técnicas de autotransfusión, como son la predonacion autologa, la recuperacion intra y postoperatoria, según el tipo de recuperadores del que se trate. Como consecuencia de ello resulta a veces muy difícil lograr nuestro objetivo que es optimizar la hemodinamia intra y postoperatoria de estos pacientes”, explicó la Dra. Cintia Stump, residente del Hospital Universitario Insular de Gran Canaria (Las Palmas).
La fluidoterapia, la administración de los “goteros” durante el peridodo preoperatorio ha sido otra de las temáticas a tratar entre estos especialistas. La actualización de los líquidos necesarios en el periodo perioperatorio, su administración, las alternativas según las intervenciones quirúrgicas, los riesgos y los grupos de pacientes, han figurado en el orden de prioridades a debatir por los anestesistas. Enviado por blog3 el Mar, 08/06/2010 - 07:56.-->-->
La necesidad de ahorrar sangre debe ser un objetivo prioritario en todo hospital moderno. Por este motivo, una actualización de los métodos de ahorro de sangre es una cuestión absolutamente de calidad en el tratamiento de los pacientes. Ésta ha sido una de las cuestiones que se ha abordado en la III Reunión nacional de la Sección de Hemostasia, Medicina Transfusional y Fluidoterapia Perioperatoria de la Sociedad Española de Anestesiología y Reanimación (SEDAR)