Olivia tiene unos padres de lo más aburridos: su idea de una buena broma es cualquier juego de palabras que se base en teoremas matemáticos.
Con sabor a los mejores momentos de las aventuras de Los Cinco e incluso a alguna novela del genial Roald Dahl, esta primera parte de Los libros de Otrolugar refleja bien el saber hacer de su autora, Jacqueline West. Habla de una chica avispada que se encuentra en la difícil etapa que hay entre la infancia y la adolescencia, que vive grandes emociones y traba amistades para toda la vida sin necesidad de salir de casa para lograrlo, y que trata siempre de superarse a sí misma. Todo ello sin que su principal meta sea enamorarse; algo lógico, por otra parte, dado que sólo tiene doce años. West no trata al lector de forma condescendiente, sabe manejar el ritmo de la trama (cuándo y cómo es oportuno desvelar los secretos más relevantes), y crea unos personajes secundarios tan fuertes, verosímiles y necesarios como la propia protagonista. Los tres felinos y Morton, un tozudo niño salido de uno de los cuadros, se convierten en leales compañeros de Olivia: gracias a estos simpáticos secundarios se consiguen algunas de las escenas más divertidas y tiernas de la historia. También la ambientación es reseñable. Los diferentes escenarios de la novela aparecen perfectamente trazados gracias sobre todo a una parte descriptiva muy eficaz, de manera que el lector es capaz de imaginarlos fácilmente; para esto también son de gran ayuda unas preciosas ilustraciones en blanco y negro. En cuanto a la pluma de la autora, adictiva, chisposa, tremendamente original. No digo más.
Nos encontramos ante una lectura de misterio llena de diversión y aventuras en la que el miedo a la oscuridad adquiere toda una nueva dimensión, y que sorprenderá en especial a los lectores de doce o trece años (no en vano es la edad de la propia protagonista). Espero que muy pronto conozcamos más de esta saga; su segunda parte ya se encuentra publicada en inglés bajo el título Elsewhere II: Spellbound, es decir, Otrolugar II: Hechizado. ¡Qué ganas de que llegue a nuestras estanterías!