Es fácil, terriblemente fácil, hacer tambalear la confianza de un hombre en sí mismo. Aprovecharse de esa ventaja para conmover el espíritu de una persona es una labor diabólica. George Bernard Shaw
Asistí a una conferencia acerca del humor, que resulta ser uno de los protectores de la felicidad. Además facilita la flexibilidad mental, ayuda a tener una visión más positiva de lo que nos rodea e incluso nos aleja de la ansiedad y el estrés ante situaciones difíciles. Está claro, a todos nos gusta reír de un buen chiste. Pero,a mí me surge la duda sobre los límites de este asunto. Existen los chistes a costa de alguien o, al revés, aquellos que se ríen haciendo evidentes sus defectos. ¿Esto no acaba perjudicando nuestra autoestima?
Pero como indica el título del artículo, hoy quiero hablar de la ironía. Para muchos es el recurso del que echamos mano para quitar hierro al asunto en momentos difíciles. A este tipo se la puede llamar ironía positiva. No hay un ataque, la utilizamos para reírnos y la solemos acompañar de la risa.
Sin embargo la ironía no es sana cuando se utiliza para herir a otro. A pesar de que la ironía tiene mucho de creatividad, hay personas que la utilizan, o incluso nosotros mismo la hemos usado alguna vez, para perjudicar la confianza de otros. ¿Por qué ese empeño consciente o inconsciente de destruir? Puede que el creador de la ironía mala no se sienta bien consigo mism@, se crea superior, tenga la intención de humillar, etc.
Quizá te encuentres con personas que escondidas bajo la máscara del humor irónico te hagan creer que lo que haces no está bien o subestiman tus éxitos y eso te cause desmotivación o pérdida de energía. ¿Qué hacer cuando recibimos frases malintencionadas?
- Contar hasta 10. Intenta no responder de manera impulsiva no sea que no hayas interpretado bien el mensaje. ¿Está siendo la otra persona impertinente o quiere herirte?
- Resiste, no devuelvas la ironía. Si entras en el juego, éste no finalizará y corres el riesgo que el otro esté mejor entrenado en el uso de la ironía.
- Repite en voz alta lo que te ha dicho la otra persona. Es una forma para que la otra persona reconsidere lo que ha dicho.