El primer informe oficial de la ONU, realizado en el año 2000 por su Comité Científico sobre los efectos de la Radiación Nuclear, encontró solo 30 muertos por el accidente nuclear de Chernóbil: los 30 policías, bomberos, operarios e ingenieros que fallecieron directamente por la explosión.
El segundo informe, redactado en 2005 por la Organización Mundial de la Salud y la Agencia Internacional de la Energía Atómica, situó la cifra en 4000, todos muertos por cáncer, y estimó que otros 5000 morirían años después.
Hoy, otros estudios (el Partido Verde alemán, Greenpeace o la Asociación Internacional de Médicos para la prevención de la guerra nuclear), elevan las cifras a casi 100.000 muertos por cáncer repartidos por Ucrania, Rusia, Bielorrusia, Polonia y Rumanía.
Cinco minutos por dos años
Se calcula que medio millón de "voluntarios" participaron en las tareas de sellado del reactor número cuatro de la Central Nuclear de Chernóbil. El gobierno soviético les dio las gracias y les entregó una medalla. En la actual Ucrania son considerados héroes. El nivel de radiación al que fueron sometidos era tan alto que, por ejemplo, los que desescombraron el techo del reactor, casi todos soldados, trabajaban en turnos de cinco minutos. Subían corriendo, tiraban todos los cascotes, hierros, piezas metálicas, tubos, todo lo que encontraran, hacia el interior del reactor, y se largaban. Solo cinco minutos al día. Muchos lo hacían convencidos de la promesa de ahorrarse dos años de destino en la guerra de Afganistán. Cinco minutos por dos años. La mayor parte de los liquidadores del tejado han muerto ya.
Fuente: Ciudad Letal, El abismo nuclear de Prípiat, Jon Sistiaga, EL País Semanal, nº 1895, 20 enero 2013, págs. 40 a 47.